• Por dólar “ahorro” e importadores.
• Julio terminaría con leve saldo a favor.
La entidad que preside Alejandro Vanoli volvió a terminar ayer con saldo vendedor, tal como viene sucediendo desde el arranque de esta semana. En estos cuatro días acumula ventas, de acuerdo con los datos del propio ente monetario, por u$s 150 millones. Aún falta una semana para que se conozcan las estadísticas de julio, pero lo más probable es que termine con un leve saldo positivo en el mercado cambiario.
A partir de ahora el escenario se volvería más complejo por distintos motivos: continuará la fuerte demanda de divisas del público a través del «dólar ahorro», que este mes ya superó todos los récords y finalizaría por encima de los u$s 650 millones. Es probable que a partir de agosto aparezcan algunos atenuantes: no estará el dinero del medio aguinaldo y al aumentarse el salario mínimo también subió el piso a partir del cual se puede demandar dólares al Central al tipo de cambio oficial, a un nivel superior a los $ 12.000 mensuales.
Otro de los factores que provocará un escenario desafiante para el BCRA es que el saldo comercial tenderá a desaparecer. Ya en el primer semestre cayó a un nivel ínfimo de u$s 1.200 millones. Pero ahora con muchas menos liquidaciones de divisas, será casi imposible mantener cierto nivel de superávit. Por ello es probable que no quede otra alternativa que volver a limitar las importaciones para que siga habiendo un ingreso genuino de divisas, aunque sea mínimo. Pero eso podría terminar impactando en el nivel de actividad.
El balance de julio, que finalizaría con un saldo apenas comprador para el ente monetario contrasta con las compras del mismo mes del año pasado, cuando la adquisición de divisas implicó una expansión de más de 6.200 millones de pesos. Claro que en aquel momento la demanda de dólar ahorro era menos de la tercera parte que la actual y el saldo de comercio exterior mucho más abultado, lo que le permitía al Central terminar con un balance muy favorable. Sin embargo, en agosto volvieron las ventas netas de divisas.
Por supuesto que el principal escollo que tiene el BCRA por delante es el vencimiento del Boden 2015, por más de u$s 6.000 millones, aunque las reservas caerían en octubre por este factor entre u$s 3.000 y u$s 3.500 millones, dependiendo cuánto haya en manos de inversores extranjeros. El objetivo de Vanoli es a pesar de este escenario complicado no mostrar una caída en el stock de reservas del BCRA, lo cual conseguiría casi exclusivamente echando mano a un nuevo tramo del swap chino, del cual ya se gatillaron u$s 4.800 millones. El objetivo es que las reservas se mantengan por encima de los u$s 33.000 millones hasta las elecciones. Sucede que hay otra variable que no se podrá controlar, la emisión de pesos que se avecina hasta fin de año y que producirá un deterioro adicional en la relación de divisas versus cantidad de moneda que circula.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=801454