El valor de la divisa se disparó cuando el gobierno de Rouseff anunció recortes en la proyección oficial del superávit fiscal. Peligra la situación crediticia de Brasil
El balance de julio fue para el real uno de los peores del año junto con marzo. La fuerte volatilidad en en el frente externo, el ruido político y la debilidad económica confluyeron de tal manera que la moneda brasileña se hundió un 9,4% en el mes hasta los 3.421 por dólar, su nivel más bajo desde 2003.
De esta manera, el peso que tuvo el mes pasado sobre la depreciación del real lo llevó a acumular un 22,5% en lo que va del año, mientras que en 12 meses la depreciación de la moneda suma casi un 34%.
La fuerte demanda de dólares en Brasil se apoyó sobre una seguidilla de datos negativos de la economía local, que comenzaron con el recorte de la proyección oficial del superávit fiscal de 1,1% a 0,15% del PBI para este año.
El gobierno de Dilma Rousseff reconoció el miércoles pasado que recién en 2018 se podría alcanzar el superávit fiscal de 2%, una cifra que el mercado esperaba se cumpliera el año que viene.
Frente al nuevo escenario, la calificadora de riesgo Standard and Poor?s rebajó la perspectiva de Brasil a negativa, lo que incrementó las preocupaciones de los inversores por un recorte en su nota crediticia, que actualmente es de grado de inversión.
La calificación para Brasil de S&P de ?BBB-? todavía se encuentra en un nivel por encima de la nota de ?Baa2? de Moody?s y el «BBB» que mantiene Fitch, aunque las tres agencias fijaron perspectivas negativas para el soberano. Es por esto que en el mercado algunos consideran que tanto Moody?s como Fitch podrían recortar la nota de Brasil a un escalón más abajo.
De acuerdo a Dante Sica, director de la consultora Abeceb.com, la volatilidad en Brasil continuará por la crisis política, aunque la falta de confianza incrementa mientras se diluye el ajuste económico, que suma más volatilidad.
«Si la crisis política se agudiza Brasil corre el riesgo de perder su grado de inversión y esto si sería un sacudón importante sobre el tipo de cambio. Los fondos de pensión han comprado bonos de Brasil por casi u$s 200,000 millones, casi la mitad de las reservas del banco central. Si estos fondos tienen que salir a vender, el impacto sobre la moneda sería inmediato», sostuvo Sica.
Por lo pronto, en el estado de situación actual especialistas esperan que el real siga perdiendo valor. Por ejemplo, el banco UBS estima que la moneda terminará el año con un valor de 3,40 reales por dólar mientras que podría alcanzar los 3,50 en doce meses. En tanto, para el Bank of America, la divisa debería llegar a un nivel de equilibrio de 3,60 por dólar, por lo que esperan una depreciación significativa en su valor en el largo plazo.
En este sentido, la brecha de competitividad entre el real y el peso es cada vez más grande. Aunque el comercio está cerrado y la presión importadora hoy no se siente, la devaluación de Brasil refleja que el país se está tornando cada vez más barato en comparación con la Argentina.