La moneda china se hundió 1,9%, lo que significó la peor caída en dos décadas, y quedó en un nivel mínimo al de 2012 al cerrar en 6,3391 por dólar. Las bolsas reaccionaron con bajas de hasta 2,7% por temor a que la medida adoptada por el gigante asiático implique el comienzo de una guerra cambiaria. Sin embargo los analistas confían en que la depreciación fue «excepcional», tal como lo aseguró el Banco Popular de China
El Banco Popular de China sorprendió ayer a los inversores del mundo al devaluar el yuan en casi 2%, hasta las 6,3391 unidades por dólar, un movimiento que representó la mayor caída desde 1994 y tocó el valor mínimo de la moneda china en tres años.
Si bien la autoridad monetaria indicó que se trató de una «devaluación excepcional» que buscaba beneficiar las exportaciones del país ?sector que el fin de semana mostró un derrumbe de más de 8% en julio?, el mercado solo pudo interpretar la decisión como la antesala de una guerra cambiaria. Asimismo, los analistas creen que la fortaleza del dólar podría desalentar una suba de tasas de la Reserva Federal en septiembre.
Otro temor global, pero que también inquieta al gobierno chino, es que la devaluación desencadene una fuga de capitales en la segunda economía del planeta. De todas formas, como el Gigante asiático quiere que el yuan sea finalmente incluido como una de las monedas de «Derechos Especiales de Giro» del Fondo Monetario Internacional (FMI), el ajuste debería ser «razonable».
En consecuencia, las bolsas, los commodities y las monedas emergentes se hundieron. En Asia las bajas no fueron muy pronunciadas. Shangai cerró neutro y las bolsas de japón cedieron un máximo de 0,4%. En cuanto a Europa los índices bursátiles perdieron hasta 2,7%, caída que correspondió a la bolsa de Frankfurt; la siguieron las bolsas de París y Madrid, con bajas de 1,9% y 1,4% cada una. Por su parte, el Dow Jones, el S&P500 y el Nasdaq se hundieron 1,2%, 1% y 1,3%, en ese orden. En la región la peor performance fue la de la bolsa local: el Merval cerró 1,95%, aunque cabe recordar que venía de un rally alcista de 6% en la rueda previa. El Bovespa, en tanto, descendió 0,6%.
Entre los commodities, cabe resaltar la baja de 4,2% del crudo de Texas, a u$s 43 el barril, y los derrumbes de los precios del cobre y el aluminio a mínimos desde 2009.
La decisión de fondo del Banco Popular fue una reforma del sistema cambiario; anunció una renovación en el mecanismo de fijación del tipo de cambio del yuan para tratar de acercarlo a su valor real del mercado, una medida que derivó en una caída de la divisa frente al dólar. El organismo tiene un fuerte control sobre las variaciones del tipo de cambio, ya que cada día establece un precio medio llamado «paridad central» del yuan contra el dólar y permite que fluctúe, tanto al alza como a la baja, hasta un máximo de 2%. Fue tras la acumulación de estas fluctuaciones diarias que el yuan se revalorizó en la última década, no obstante el banco central considera que últimamente la cotización que establece para el yuan se había «desviado» respecto a su valor de mercado.
«Hay un riesgo político acerca del desempleo, el gobierno chino no quiere que las exportadoras sufran frente a un yuan muy apreciado y tengan que despedir personas. Hay ciertos temores, respecto a guerra de divisas, pero la realidad es que el banco central chino solo hizo que el sistema del tipo de cambio este más orientado al mercado y que el punto central del valor del yuan lo determine el mercado. Esto fue algo que busco USA desde siempre. China está tomando este pedido histórico», señaló Leonardo Bazzi, responsable de Research de Puente.
Bajo este nuevo esquema, el tipo de cambio fijado ayer por el organismo monetario quedó en los 6,2298 yuanes por dólar, lo que supuso una devaluación de un 1,86% respecto a los 6,1162 del lunes, el mayor descenso diario en su valor desde que en 1994 Beijing lo rebajó un tercio.
«Las condiciones económicas y financieras internacionales son muy complejas», admitió la autoridad monetaria, en referencia a la posible suba de tasas de EE.UU., la devaluación del euro y del yen y las presiones bajistas que afrontan los emergentes.
En definitiva, la baja del yuan hace más baratos los productos chinos y así podría reactivar la economía, que si bien creció 7% en el primer semestre del año está encaminada a marcar su expansión más débil en un cuarto de siglo. Además de la caída de las exportaciones, también se conoció un retroceso de los precios a la producción hasta un mínimo en seis años.
Para el especialista en mercados internacionales Luis Palma Cané, el anuncio fue sorpresivo, pero no inexplicable: «El giro a la ortodoxia es comprensible, correcto y útil. China tiene una inflación de 1,6% y quiere crecer entre el 7 y el 8%, el último dato de exportación demostraba una caída que iba a atentar contra ese objetivo». A su vez, el experto subrayó que la corrección del yuan fue de tan solo 2%, y que el mercado no debería temer porque China «no es un devaluador serial».