El Gobierno decidió cambiar de estrategia en su política de emitir deuda en pesos para financiar el déficit fiscal. En lugar de emitir bonos ajustados por la tasa de las letras Lebac, como hacía hasta ahora, decidió aprovechar el aumento de la brecha cambiaria y tentar con un bono atado a la evolución del dólar. En bancos señalan que los inversores corporativos estaban deseosos de fondear activos como éste, aunque tienen dudas respecto del plazo.
El Ministerio de Economía anunció ayer que el 18 de agosto próximo licitará un nuevo título llamado Bono de la Nación Argentina Vinculado al Dólar 2017 (Bonad 2017). La emisión será por u$s 500 millones ampliables, su vencimiento será en febrero de 2017 y pagará un cupón del 0,75% anual por encima de la variación del dólar.
La cartera que conduce Axel Kicillof no recurría a títulos atados al dólar o «dollar-linked» desde finales del año pasado. Este año, los pesos que recaudó en el mercado los consiguió a través de unos títulos llamados Bonos del Tesoro Nacional (Bonac) que pagan una sobretasa por encima del rendimiento de las Lebac, es decir, una tasa en pesos en lugar de un rendimiento acorde con la evolución del dólar oficial.
En ocho colocaciones distintas de Bonac el Tesoro consiguió más de $ 40.000 millones en lo que va del año. Con ese dinero y más de $ 61.000 millones de emisión monetaria del Banco Central se está financiando un déficit público que alcanza 5,5 puntos del PBI según estimaciones privadas.
Esos papeles atados a Lebac salieron a la cancha luego del pobre resultado que obtuvo la última colocación de Bonad, que también vencía en 2017, y fue hecha en noviembre del año pasado. Una emisión original de Bonad 2016, hecha en pleno pico del blue, había sigo por demás exitosa, pero la segunda edición no fue bien recibida por y debió ser suscripta en buena parte por la ANSeS.
«La diferencia estuvo en los plazos y la brecha», contó un operador de una mesa pública.
El dollar linked es una apuesta por la reducción de la brecha cambiaria o, más aún, por el final de esa brecha a través de la eliminación del cepo. Cuando el año pasado el Tesoro ofreció bonos atados al dólar con vencimiento en 2016, los inversores se apuraron a tomarlos apostando por una salida del cepo con devaluación para el año que viene. El de 2017 no tuvo éxito porque si el cepo se eliminaba en 2016, el siguiente año de espera sería pura pérdida.
Por otro lado, cuanto más alta sea la brecha más atractivo se vuelve el dollar-linked, porque se agranda el premio.
«Hoy la brecha está alta de nuevo, está en el 60%, por lo que hay mucha demanda por estos papeles. La duda es el plazo, porque febrero de 2017 es mucho tiempo, pero el Gobierno tiene otros vencimientos antes», dijeron en la misma mesa.
En un banco privado, mientras tanto, aseguraron que existen empresas impedidas de dolarizarse que demandan al Gobierno este tipo de emisiones, por lo que la emisión será exitosa antes de salir de la gatera.
«El libro ya está prácticamente armado», dijeron.
Sin embargo una tercera entidad consultada, también privada, condicionó el éxito al precio: «El Bonac estaba pagando un rendimiento real del 30% anual, para que sea atractivo esto necesitamos que pague 35%, porque el tipo de cambio es menos predecible que la tasa».