India, Corea del Sur, Malasia, Singapur, Tailandia y Filipinas también devaluaron en las últimas horas para no perder competitividad con respecto a China. La guerra de monedas parece sumar cada vez más ?jugadores? mientras los bancos centrales piensan en estrategias
Los gigantes suelen hacer ruido cuando caen. Pero, ¿qué pasa cuando empiezan a moverse después de un largo sueño? Esta semana China sorprendió a propios y extraños con una devaluación que lleva 3,5%. El dato es que se trata del mayor movimiento generado por el gobierno chino en la última década. Los objetivos son, a priori, dos: por un lado China busca reactivar sus altas tasas de crecimiento, visiblemente afectadas desde hace un año. Por otro, Beijing sigue buscando convertir a su moneda en referente internacional (lo que, a priori, no arrojaría demasiados beneficios). Por eso hay quienes señalan que la movilidad de la divisa obedece a ese objetivo.
El dato de los últimos días es la guerra de monedas, que de haber quedado en el olvido cuando el dólar comenzó lentamente a recuperar terreno, ahora regresa con fuerza pero de la mano de China. Y ¿qué puede pasarle a las monedas asiáticas cuando un gigante y vecino devalúa? Respuesta: lo mismo. En lo que va de la semana, los mercados emergentes de Asia devaluaron prácticamente todos. Detrás del yuan chino, se ubicó el Ringitt malayo que perdió 2,5% mientras que el dólar taiwanés descendió 2,14%. Por otro lado, tanto el Won surcoreano como la Rupia de Indonesia perdieron prácticamente 2%. El peso filipino, el Bath de Tailandia y el dólar de Singapur también cayeron contra el dólar. Incluso un mercado relevante a nivel monetario como el de la Rupia de la India también descendió 1% en el año. La razón para esta reacción hay que buscarla más en la competencia que en la cooperación. China también llevó a cabo la devaluación para no perder participación de mercado frente a vecinos como Japón, Indonesia, Malasia y Corea del Sur y por ese motivó los bancos centrales de esos países han decidido encarar una campaña de debilidad de sus monedas a fin de no sufrir las consecuencias generadas por Beijing. Por otro lado, el yuan había registrado pocos movimientos mientras que otras monedas como la rupia indonesia, el won surcoreano, el yen japonés o el ringgit malayo habían perdido valor frente al dólar. La oleada devaluatoria de esta semana en la región indica que estas economías ?que habían obtenido alguna ventaja con respecto al yuan? no quieren ver disminuida su competitividad ahora.
La moneda china alcanzó ayer un mínimo en cuatro años al caer por segundo día consecutivo después que las autoridades lo devaluaron en una decisión que provocó el temor a una guerra global de divisas y acusaciones de que Pekín está dando una ventaja ¿injusta? a sus exportadores. El yuan al contado en China cayó a 6,44 unidades contra el dólar, su menor nivel desde agosto del 2011, una vez el banco central fijó su punto medio diario de referencia en 6,3306, por debajo de la depreciación del martes. La devaluación llegó tras una serie de datos económicos débiles y generó sospechas de que China se está embarcando en un declive a más largo plazo del tipo de cambio, algo que sostiene buena parte de los analistas. «Tomando en cuenta la situación económica nacional e internacional, en la actualidad no hay ninguna base para una tendencia de depreciación sostenida del yuan», señaló el Banco Popular de China, pero hay quienes no le creen…