Según el Indec, se registró un superávit de US$ 204 millones, una caída de 74,9% con relación a 2014; es el mayor retroceso en el año
Fuga de capitales, apreciación cambiaria, recesión, caída de reservas y default. Sólo un año después de ese escenario -que a contramano de la actualidad incluyó un alto desempleo, el corralito y una enorme deuda- todo terminó en una devaluación. Lejos está el país de 2001, aunque hay datos que aún lo evocan: la balanza comercial tuvo en julio su peor resultado para el mes desde aquel año.
El Indec sigue sorprendiendo al mundo. Mientras el dólar libre merodea su cotización récord de fines de 2014, cerca de los $ 16, con una creciente brecha cambiaria, y cuando el Banco Central (BCRA) acota el acceso de divisas para ahorristas e industrias, el organismo estadístico informó que la balanza comercial dio superávit en julio. Según el informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA) fue de US$ 204 millones, un derrumbe de 74,9% respecto del mismo mes del año pasado, y la peor caída de 2015.
Para encontrar un dato oficial tan negativo hay que remitirse a julio de 2000, cuando se cosechó un superávit de 162,6 millones de dólares.
No obstante, como ocurre con los datos del BCRA y las reservas desde hace semanas, el Gobierno también juega con el timming de los dólares que ingresan por la vía comercial. Si el ICA informó un superávit para el primer semestre del año de US$ 1232 millones, por el contrario, la base usuaria del Indec -que no se difunde públicamente, salvo por suscripción especial- arrojó para el mismo período un déficit de 726,5 millones de dólares. El dato de julio, según esta última fuente, se conocerá en estos días y los analistas creen que volverá a mostrar la sobreestimación de exportaciones que desde 2013 instaló el ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y mantuvo Axel Kicillof.
El comercio exterior argentino total se contrajo 14,7% en los primeros siete meses del año. El ICA informó para el mes pasado exportaciones por US$ 5894 millones, una baja de 12% con relación a un año atrás. En el acumulado del año, las ventas al exterior muestran un retroceso de 17%. Por otro lado, las importaciones registraron una caída de 4%, a US$ 5690 millones. En los primeros siete meses, la baja de las compras al exterior fue de 12 por ciento.
El desplome del comercio argentino se agudiza en tiempos en que en el mundo, las economías de los principales socios del país comenzaron a dar señales de debilitamiento. Primero, el fuerte retroceso industrial de Brasil y la devaluación del real, y después las dudas sobre la economía de China, el corrimiento cambiario del yuan, la salida de capitales de los países emergentes y el impacto en el precio de las commodities a nivel global. En la actualidad esto se combina con un comercio exterior local golpeado por el atraso cambiario y el aumento de costos -sobre todo las economías regionales-, las distorsiones generadas por el Gobierno en los precios y las trabas al intercambio.
«Los dólares necesarios para el funcionamiento de la economía no están», explicó el directivo del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI Miguel Ponce. «Los números se agravaron el mes pasado. Al día siguiente de las PASO, el Banco Central redujo a un 30% la disponibilidad de divisas para el comercio exterior; 48 horas después, al 20%, y la semana pasada prácticamente no hubo operaciones», contó el especialista, y agregó: «Estamos muy preocupados por el deterioro del sector y por el agravamiento de la situación de las economías regionales».
Según datos de la Cámara de Importadores (CIRA), la deuda de los importadores con sus proveedores del exterior sigue subiendo y llegó en el primer semestre a 8106 millones de dólares, siempre por operaciones ya efectuadas.
«A eso debe agregarse un monto acumulado aproximado de 6000 millones de dólares, en declaraciones juradas anticipadas para la importación pendientes de aprobación o necesarias de ser aprobadas para el mantenimiento de la actividad productiva», completó Ponce.
La consultora privada Abeceb estimó que en la caída de las exportaciones se destacan las menores ventas de harina de soja, al igual que las de aceite de petróleo, autos y biodiesel. En conjunto, estos cuatro segmentos explican un 56% de la contracción de las exportaciones.
Con respecto a las importaciones, explicaron en la consultora que a pesar de que a lo largo del año se mantuvieron las restricciones para el acceso a las divisas, la retracción de las operaciones surge principalmente como resultado de las menores compras de combustibles. Esto último, a su vez, responde a una fuerte caída en el precio del petróleo.
«Para el resto del año no se ve una mejora en las variables», afirmó Mauricio Claverí, coordinador de Comercio y Negociaciones Internacionales de Abeceb. No habrá más dólares. Menos cuando el Gobierno atesora reservas para pagar en octubre US$ 6500 millones del Boden 2015.
74,9%
El derrumbe
Fue la caída del superávit comercial en julio. También retrocedieron las exportaciones (-12%) y las importaciones (-4%), en un contexto de distorsiones locales y comercio mundial en baja