Será el último testeo antes de las elecciones y la última oportunidad para aprovechar el financiamiento que es capaz de dar el mercado en un escenario de altas expectativas de devaluación. El Gobierno tiene previsto salir en los próximos días con una nueva tanda de bonos en pesos y atados al dólar que apuntará a captar recursos para cubrir sus cuentas y sacar liquidez de la economía -al menos momentáneamente- para evitar una nueva escalada del dólar paralelo.
Los funcionarios del Ministerio de Economía ya realizaron el sondeo entre bancos y fondos comunes de inversión, pero sin adelantar fechas ni montos. El terreno está preparado para una colocación exitosa: en el sistema financiero perciben un exceso de pesos que, tras la caída de reservas que se verá la semana próxima por el pago del Boden 2015, podría conspirar más adelante contra la calma cambiaria. El mayor temor está focalizado en los quince días previos a las comicios, cuando la mayor oferta de divisas que haya generado la cancelación del título empiece a diluirse y el mercado esté más atento a la caída de reservas (su relación con los pesos emitidos -también llamado «dólar cobertura»-, que siempre sirve de referencia al «blue», se habrá disparado para entonces a los $ 17 o $ 18). Para allanar el camino, el Banco Central ya tomó la precaución de no absorber liquidez en la última licitación de deuda y hasta concedió una inyección de $ 113 millones.
Se descuenta que, también esta vez, la idea sea licitar u$s 500 millones en «dollar linked» ($ 5.000 millones, que en las últimas colocaciones se emitieron bajo la serie «Bonad»); y otros tantos en títulos en pesos atados a la Badlar privada (la tasa de interés de los depósitos mayores al millón de pesos que mide el BCRA mediante una encuesta).
Con este mismo mecanismo, el Gobierno ya emitió a lo largo de este año $ 62.300 millones: $ 21.500 millones fueron en títulos vinculados al tipo de cambio; y el resto, en moneda local. En dólares en efectivo, además, sumó otros endeudamientos: u$s 1.415 millones en Bonar 2024, que fueron emitidos públicamente en abril pasado, y otros montos que habría colocado en secreto a la Administración Nacional de Seguridad Social, y que todavía se desconocen porque no fueron publicados en el Boletín Oficial (se ubicarían, según fuentes del mercado, entre los u$s 200 millones y los u$s 600 millones).
El Gobierno hace operaciones de este tipo cada quince días o tres semanas. El plan, siempre, es hacer coincidir tres factores: la sed de pesos y el déficit creciente que tiene el poder Ejecutivo; la voracidad de las empresas y los particulares que, en una economía con cepo cambiario, buscan activos «sustitutos» del dólar; y la necesidad del Banco Central de evitar expandir aún más el efectivo con asistencias al Tesoro, en un contexto cada más turbulento por la cercanía de las elecciones. La emisión de los bonos «dollar linked» les garantiza cumplir con estos tres propósitos, si bien genera problemas que deberá resolver la próxima gestión.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=809943