En 2016 se alivian los vencimientos a u$s 9.087 millones, pero en 2017 suben a u$s 15.991 millones. Será condición necesaria llegar a un arreglo con holdouts
La amortización del Boden 15 pesa fuerte en las reservas este año, no sólo por su tendencia bajista sino por la imposibilidad de refinanciar el vencimiento en el mercado financiero internacional. Si bien el año 2016 presenta desafíos para conseguir divisas, los vencimientos de deuda darán un respiro hasta que lleguen los vencimientos en 2017. Pese al oxígeno que se obtiene el año que viene, con una caída de 36% respecto de los u$s 14.220 millones del 2015, economistas consultados coincidieron que será condición necesaria llegar a un arreglo con los holdouts para darle fluidez a la economía y refinanciar los siguientes vencimientos.
En 2016, los vencimientos en dólares totalizan unos u$s 9.087 millones. Esta deuda está contraída principalmente con organismos multilaterales y con el Club de París: u$s 4.961 millones de capital y u$s 4.126 millones de intereses. Se prevé que la deuda con los primeros se pague, pero que luego el Estado obtenga préstamos por montos similares a los que vencían. «Incluso arreglando con los holdouts se puede tener mayor crédito con organismos internacionales: se puede refinanciar lo que se vence y tener saldo favorable, no sólo poner dinero para cancelar los vencimientos», dijo Erik Schachter, economista de la consultora Orlando Ferreres.
Ese alivio está dado porque el más importante del año es el de u$s 9.530 millones por la primera Letra Intransferible que el Tesoro otorgó al Banco Central (BCRA) a cambio del uso de reservas para pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional en 2006. Pero el Gobierno ya pidió autorización en el proyecto del Presupuesto Nacional para 2016 para colocar al BCRA una letra intransferible en dólares, amortizable al vencimiento, en 2026. El título sólo devengará semestralmente la misma tasa que devengan las reservas por el mismo período, hasta un máximo de la Libor anual, menos un punto porcentual.
Esa refinanciación será necesaria porque, según OJF, el BCRA empezará 2016 con reservas brutas por unos u$s 26.000 millones, a lo que habrá que restar unos u$s 2.500 millones de los intereses de los bonos Par y Discount ley extranjera que el default selectivo le permite acumular. Y el país no accede al mercado externo a precios bajos y sin que los buitres traten de boicotear las operaciones.
Así que la clave para el año que viene es si el nuevo gobierno llega a un acuerdo con los holdouts, de forma de retornar al mercado internacional. Según Nadin Argañaraz, director del IARAF, 2016 comenzará con u$s 22.000 millones de reservas brutas y u$s 7.500 millones de reservas propias si no volviera nada de lo que se abone por el Boden 15. «El año 2016 es hoy una gran incógnita, porque a partir de cómo termine en diciembre y quién sea el nuevo presidente. No es un año muy pesado en materia de vencimientos y te va a dar oxígeno, pero se necesitan dólares para dar fluidez a la economía. De ahí la importancia de que normalicemos las relaciones que tengamos que normalizar para acceder al financiamiento pagando la menor tasa de interés posible», dijo Argañaraz, quien asesora al Frente Renovador. «2017 ya vuelve a ser un año más bravo en términos de pago de deuda», agregó.
Porque el peso de la deuda en 2017 será de unos u$s 12.304 millones de capital, principalmente u$s 7.340 millones en Bonar X, más otros u$s 3.687 millones de intereses. Un total de u$s 15.991 millones. En tanto, en 2018 vencen u$s 7.347 millones de amortizaciones -principalmente, organismos multilaterales por u$s 2.000 millones y el Bonar 18 por u$s 3.374 millones más u$s 3.267 millones de intereses.
Y en 2019 vencen u$s 5.903 millones de capital ?que incluyen los u$s 1.900 millones del Bonar 19 y las primeras amortizaciones del Bonar 24 y u$s 2.819 millones de intereses.