Consiguió apenas u$s 669 millones y pagó 9,4% anual. Según trascendió, el grueso de los inversores fue minorista, si bien también participaron entidades públicas. Estiman que el mal momento global, el poco tiempo de antelación con el que se anunció el bono, la decisión de prescindir de bancos colocadores y las desafortunadas medidas de la CNV influyeron
El Gobierno colocó ayer u$s 669 millones en Bonar 2020. El bono en dólares, cuyo cupón es de 8%, recibió ofertas por u$s 812 millones, según un comunicado del ministerio de Economía. Tratándose de un bono a 5 años de plazo, según los analistas consultados, la tasa del 9,4% que finalmente debió convalidar Economía se mantuvo en línea con lo que se esperaba, pero el monto conseguido dejó a muchos con la idea de que el Gobierno no consiguió lo que se había propuesto al lanzar el Bonar 2020, es decir, minimizar el impacto en las reservas que tuvo el pago del Boden.
En un comunicado, Economía destacó que se recibieron «más de 1.100 ofertas por un total de u$s 812.715.815, es decir, 1,6 veces el monto licitado de u$s 500.000.000». Y explicó en ese sentido que «la mencionada cantidad de órdenes requirió un mayor tiempo de procesamiento por parte de las entidades, por lo que se decidió extender el horario habitual de cierre de la licitación, desde las 15 hs hasta las 17:30 horas».
En la City señalaron que ese «mayor tiempo de procesamiento» se debió a que el ministerio de Economía recibió órdenes por parte de inversores minoristas, muchos de ellos que habían recibido los dólares del pago del Boden 2015 y ahora querían suscribir el nuevo título. Esto hizo que a media tarde se ampliara la licitación adjudicándose u$s 669.263.208.
«Si el objetivo era compensar en parte la salida de reservas por el pago del Boden 2015, el objetivo no fue alcanzado, no se explica para qué se hizo el canje», señaló Leonardo Chialva, titular de la consultora Delphos. Según trascendió, Economía optó por prescindir de bancos colocadores: «es probable que con bancos en el medio se hubieran recibido mayor cantidad de ofertas», señaló una fuente del mercado.
Para Rodrigo Àlvarez, director de la consultora Analytica, «en el Gobierno se movieron tarde, había que convencer a los inversores del Boden 2015 que se quedaran y además sufrieron los impactos en el mercado de la medida que tomó la CNV para los fondos de inversión».
De todas formas, para algunos analistas la emisión fue consecuente con lo planteado al anunciar el bono. Marcos Wentzel, director de Puente, sostuvo que «el resultado le hizo justicia a la mayor cantidad de inversores minoristas que estuvo de acuerdo con suscribir el nuevo título una vez cobrado el Boden 2015, lo que demuestra la confianza en los activos locales y en el Gobierno como emisor».
Ocurre que el lunes, las reservas del Banco Central (BCRA) sufrieron su mayor caída diaria desde enero de 2006, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner canceló al contado todas las deudas del país con el FMI. En total salieron u$s 4741 millones de las arcas de la entidad, ya que casi todos los tenedores de esos bonos los cobraron fuera del país. Para intentar tapar en parte el agujero que dejó el vencimiento el Tesoro buscó colocar ayer el nuevo bono en dólares.
En la City hacían ayer esta cuenta: el Gobierno desembolsó u$s 5900 millones que fueron pagados por el Boden 2015 y de ese dinero, cerca de u$s 4000 millones salió del país. Otros u$s 600 millones fueron depositados en cuentas comitentes y se retiraron del sistema, mientras que sólo u$s 1150 millones del pago quedaron en el sistema. De este último grupo, unos u$s 420 millones los cobró el propio BCRA y otros u$s 100 millones la ANSeS, por lo que otros u$s 600 millones en cuentas de privados podrían haber sido, en parte, los utilizados para suscribir el nuevo título. Las reservas del BCRA sintieron de lleno el golpe del pago concretado el lunes y ayer quedaron en u$s 27.715 millones, caen u$s 5529 millones en octubre.