En Nueva York los inversores prevén una fuerte suba en diciembre hasta $ 11 y un segundo ajuste pasado el verano
El tamaño del ajuste que necesariamente deberá hacer sobre el dólar el próximo Gobierno ya no parece ser la discusión. Las dudas se concentran, ahora, en el modo en que podría resolver aplicarlo. En la plaza de futuros de Nueva York, el mercado da algunas señales claras sobre estas presunciones: los inversores esperan que la mayor suba del tipo de cambio se produzca en el primer mes de Gobierno, y que ésta se termine de completar en marzo, una vez pasado el verano. Los contratos que se negocian en el exterior -y que por esta razón no están afectados por la intervención del Banco Central- reflejan una suba esperada del 10% para diciembre (en rigor, entre el 7 de ese mes y el 7 de enero), que hará saltar el tipo de cambio de $ 10 a $ 11; y otra del 7% en marzo, que lo llevará de $ 12,10 a $ 13. Para el resto de los meses, prevén que el ritmo sea menor, con avances en torno al 4% y el 5% mensual en las vacaciones y entre un 1% y el 3% una vez consumada la devaluación (ver infografía).
Los pronósticos coinciden, precisamente, con el planteo que hacen desde hace un tiempo en algunas mesas de dinero de bancos locales. Consideran que es probable, por ejemplo, una devaluación en dos cuotas: una primera mitad de lo que hace falta recomponer el tipo de cambio podría darse inicialmente mediante un salto abrupto; la segunda mitad podría completarse más tarde, pero con oscilaciones bruscas más impredecibles, y en donde las alzas sean de mayor magnitud que las bajas.
En el Rofex, el mercado de futuros que opera en Rosario, los contratos de dólar llevan encima los efectos de las intervenciones diarias del Banco Central. Se consideran buenos predictores para el tipo de cambio oficial que es administrado por este Gobierno, pero hay más dudas en lo que predicen sobre una próxima gestión. En esta plaza, la suba se ubica debajo del 2% hasta diciembre; y entre un 2% y el 3% hasta marzo. A partir de entonces -los plazos en donde vende poco el Central- esas tasas superan a veces el 7%. En las consultoras estiman que el Banco Central deberá emitir alrededor de $ 15.000 millones sólo para compensar las pérdidas que sufrirá por vender contratos a bajo precio para el inicio de 2016.
Con este pronóstico de devaluación, al que el mercado le asigna alta probabilidad, los inversores buscan sus oportunidades. Para el economista Javier Marcus existe hoy una opción recomendable para particulares: comprar un bono atado a la Badlar que vence en marzo (el «AO16») u otro que por el descuento otorgue buen rendimiento (Lebac o cheque de pago diferido) y comprar un futuro a fin de marzo. El título obtenido en este caso sirve además para colocar como garantía del contrato a futuro, por lo que no es necesario dinero adicional. «Si comprás el bono obtenés un retorno del 26% que es superior a la tasa implícita de los contratos a futuro para esos plazos. Entonces, si se produce la devaluación ganás por ambos lados: por el bono y por el futuro; y si no se produce, lo que se cobra por la tasa de interés alcanza para compensar la pérdida en el contrato a futuro», razonó el especialista.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=810911