A reservas brutas le quitan u$s 11.000 millones del swap chino y u$s 8300 millones de encajes. Tampoco se consideran los pagos de deuda retenidos por Griesa
A confesión de partes, relevo de pruebas. Anteayer, ante 400 empresarios convocados por el Cicyp, Miguel Bein, medio en broma, dijo que quienes lo escuchaban tenían «más reservas que el Banco Central».
De hecho, hay dos bancos de inversión internacionales que están planteando escenarios de crisis de liquidez del BCRA que aún no publicaron, pero están prontos a hacerlo.
En rigor, las reservas netas del BCRA cayeron a u$s 6400 millones cuando el viernes pasado, antes del pago del Boden 15, eran de u$s 11.700 millones, según estiman en Econviews, la consultora de Miguel Kiguel.
A las reservas brutas le quitan u$s 11.000 millones del swap con China, u$s 8300 millones de encajes de depósitos en los bancos y u$s 1900 millones de pagos de deuda retenidos por el juez (municipal, como lo bautizó Kicillof) Griesa. A fin de año prevén reservas netas del Central en u$s 3800 millones.
A su vez, el dólar cobertura se disparó a $ 19,50, lo que le pone más presión al blue, que augura un recorrido alcista una vez que pase el puré de los primeros días del mes.
Eric Ritondale, de Econviews, advierte que en reservas netas no incluyen importaciones atrasadas, pues están fuera del balance del BCRA, «aunque sea un pasivo oculto, al igual que dividendos no girados, que se podría saldar parte con un bono, parte en efectivo y parte arreglado entre filial y casa matriz. Con ese criterio, se debería incluir también pagos de deuda en dólares futuros del Tesoro, o los potenciales ingresos de inversión directa pendientes tras el giro de utilidades».
De todas formas, Ritondale destaca que las reservas líquidas son mayores a las netas, en tanto lo depositado en Nación Fideicomisos y los argendólares son de libre disponibilidad a corto plazo: «No corresponde incluir tampoco el swap chino, si bien pueda utilizarse para pagar compromisos e importaciones con China, en tanto su rol en la intervención cambiaria habitual es muy limitado».
Con criterio de corto plazo para atender flujos, en Econviews les parece más acertado considerar las reservas líquidas, que rondan u$s 15.000 millones.
De todos modos, Gustavo Perilli, de AMF Economía, hace hincapié en que es poco probable que las reservas netas presionen de manera fatal sobre el stock de u$s 27.750 millones que hoy contabiliza el Central.
Nadin Argañaraz, del Iaraf, calcula que, para fin de año, las reservas totales serán u$s 21.000 millones: «El gobierno va a intentar generar el menor ruido posible, dada la proximidad de las elecciones. Y no va a ser menor la situación de una segunda vuelta, en caso de existir».
Martín Polo, de Analytica, señala que el problema radica en un déficit estructural de divisas: «Tenemos déficit comercial de bienes y servicios creciente, no ingresan capitales y estamos en default, lo cual es una barrera muy alta para poder captar financiamiento externo. El próximo presidente tendrá que plantear un cambio, porque sino seguiremos así y las cosas se irán complicando cada vez más. Claro que el dólar ahorro no lo pueden anular, porque sino la brecha se va a las nubes».
En este contexto, Alejandro Banzas, de Reporte Económico, ve probable que la AFIP autorice menos compra de dólar ahorro, pero sin cortar la venta.
En tanto, Maximiliano Castillo, de ACM, asegura que, como la política monetaria y fiscal profundizará su insostenibilidad, «las presiones sobre el tipo de cambio nominal oficial se seguirán ampliando».