Bonistas intimaron al Banco de Nueva York para que les transfiera la plata depositada por Argentina. Si no, piden que renuncie.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció ayer que bonistas privados argentinos intimaron al Banco de Nueva York (Bony) a que “les pague o renuncie” como agente fiduciario y le dieron un plazo de cinco días, advirtiéndole que será reemplazado en esa función por el Banco Nación. Anunció también que fueron notificados de una sentencia dictada por un tribunal de Bélgica que favorece a bonistas europeos que tienen trabados sus fondos en el Banco de Nueva York por decisión del juez Thomas Griesa.
“Hemos sido notificados de una sentencia en Bélgica que le da esta posibilidad a los bonistas”, señaló el ministro, y aclaró que la sentencia fue emitida en una demanda de privados.
En conferencia junto con los secretarios de Finanzas, Pablo López, y Legal Administrativo, Federico Thea, el ministro calificó el anuncio como “un gran triunfo para la Argentina, que no se dejó extorsionar” por los fondos buitre.
Según el ministro, los bonistas decidieron ir a la justicia para reemplazar al Bony por el Banco Nación sino cumple con el pago, para que un juez decida su reemplazo. Kicillof explicó que los bonistas tienen ese derecho porque está contenido en los contratos de los bonos de la deuda en el caso de que el agente fiduciario no cumpla con sus funciones.
El Bony tiene en su poder 539 millones de dólares, destinado al pago de bonistas que tienen títulos bajo legislación europea o norteamericana, que fueron depositados por la Argentina pero embargados por el juez Thomas Griesa, impidiendo ese pago.
Ante un reclamo anterior de esos mismos bonistas, entre los que se encuentra George Soros, por ese pago el Bony había argumentado que no podía desobedecer la orden del juez.
Hace dos semanas, la cámara de Nueva York ordenó que esos fondos no pueden ser utilizados para resarcir a los fondos buitre y ni a los acreedores que iniciaron acciones legales contra el país, desautorizando a Griesa.
Kicillof precisó que el pedido está siendo formulado por bonistas privados y no por el gobierno, y afirmó que “los propios bonistas han reaccionado” contra el banco.
Sostuvo que las sentencias del juez neoyorkino Thomas Griesa “lo que ha hecho es enfrentar a los fondos buitre con los bonistas que entraron a la reestructuración, como intentaron embargar la Fragata Libertad y las reservas al Banco Central”.
Precisó que “si prospera el pedido de los bonistas, sólo quedarán impagos los bonos emitidos con legislación extranjera”, que Kicillof estimó en un 23% del total de la deuda.
Kicillof dijo que “esto pone de manifiesto el notable error de aquellos de afuera y adentro” y señaló que “era una trampa la idea de pagarles sólo 1.600 millones de dólares”.