En medio del debate por el valor del dólar una vez que asuma el próximo presidente, el campo ya especula con una devaluación a partir del 11 de diciembre próximo. Ante ese cambio de escenario económico, el productor decidió esperar y no vende la materia prima. Esto se puede comprobar en la liquidación de divisas que cayó en la última semana a valores de hace dieciocho meses atrás.
Los datos publicados por la Cámara de Exportadores de Cereales (CEC), mostraron ingresos por u$s131 millones. En la comparación anual la baja es del 79 por ciento. Para ver un registro similar hay que remontarse a los u$s108 millones visto en la semana del 24 al 31 de enero de 2014. A ocho meses que finalice el año, las divisas presentan una caída del 17 por ciento. A este ritmo de ventas sería imposible superar los u$s20.000 millones mostrándose lejos de los 24.000 millones del año pasado.
Si bien en la plaza no está parada del todo, “sí hay una expectativa de esperar lo que viene. Hoy el mercado está jugado ante una posibilidad de baja de retenciones y mejora del tipo de cambio”, señaló el director de Panagrícola, Ricardo Baccarin.
Las subas vistas en el maíz del 18% en casi dos meses tampoco marco una mayor venta por parte del productor que prefiere seguir esperando.
“Lo que se busca es tratar que los precios se mantengan en dólares. Con éste tipo de operatoria se cierran algunos negocios”, sostuvo la analista de mercado Lorena D‘angelo.
Efectivamente, lo que hace el productor no es más que abrir el paraguas ante una eventual modificación del peso respecto del dólar. Es decir pacta en la moneda norteamericana y cierre la operatoria para cuando el valor se acerque al menos para salir hecho.
Un ejemplo de esto se observa en los datos publicados por la Dirección de Mercados del Ministerio de Agricultura. A la fecha el productor mantiene bajo la modalidad a fijar precio en lo que tiene que ver con soja 3.78 millones de toneladas. A valores actuales significan ingresos por u$s1.300 millones para el Banco Central.
La misma situación se puede percatar en el maíz y trigo. Entre ambos cereales hay 611 millones de dólares por liquidar.
Sin embargo es la soja la que más se guarda en el campo. Un informe de la cartera agropecuaria muestra que a octubre 17,2 millones de toneladas es lo que estaría pasando a la próxima campaña. Lo cual representa una retención del 75,5% sobre los 9,8 millones de hace un año.
El volumen sin vender está valuado en u$s6.020 millones. Si se hubiese mantenido el valor más alto (u$s403) visto el 30 de junio pasado. La divisas serían de u$s6.930 millones.
La caída de los valores se dio a partir de la superproducción de soja desde los Estados Unidos. Ayer se informó que la cosecha de la oleaginosa se encuentra en un 95 por ciento. La mejora en comparación con la semana anterior es de 3 puntos porcentuales.
Los operadores de Chicago temen un efecto puerta doce a partir del 11 de diciembre. La espera por no vender los granos, puede ocasionar un efecto contrario al esperado. Es decir que la gran oferta hará que bajen los precios. Aunque se espera que la devaluación -que no sería inmediata- pueda aminorar dicha baja.
Por lo pronto, el productor busca herramientas para financiar sus gastos. Hoy el mercado tiene alternativas y muchas de ellas están pactadas en pesos. Algo que favorece al chacarero que como se sabe cierra sus negocios a la cotización del dólar.
El trigo se desplomó 4,1% en Chicago
El trigo tuvo su jornada más baja en tiempo y perdió 4,1%, cotizando a u$s184 la tonelada. Este fuerte decrecimiento del precio se debió al buen pronóstico climático que se esperan en las zonas productoras del hemisferio norte. También sumó presión las previsiones de un alza del stock mundial, lo que podría generar una sobreoferta.
Hoy el foco estará en el informe del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés). El mercado espera que se anuncie en el caso de la soja un mayor rendimiento aumentando la cosecha a 106,5 millones de toneladas frente a los 105,8 de hace un mes.
Ayer su cotización tuvo una pequeña suba del 0,26%, cerrando a 320,96 dólares la tonelada.
Por su parte, el maíz tuvo una caída del 1,68%, a u$s144 la tonelada. La baja de los precios del petróleo y del trigo presionaron la cotización del grano, de la misma manera que lo hizo los débiles reportes de las exportaciones del país norteamericano y las especulaciones de cara al informe de la USDA.