La idea comenzó a ser evaluada entre los asesores económicos de Mauricio Macri, como una fórmula para enfrentar los pasivos que está generando el BCRA al pactar operaciones a futuro a un dólar planchado. La oferta solo alcanzaría a bancos y grandes empresas
La imputación del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, por la presunta defraudación a la administración pública a raíz de operaciones de venta de dólares a futuro reactivó una preocupación en el sistema financiero: ¿cuánto le puede costar al próximo gobierno la intervención en este mercado con la que el BCRA buscó desactivar las expectativas de devaluación? El problema no afecta por igual a los asesores económicos de los dos candidatos presidenciales, ya que en el entorno de Mauricio Macri trabajan con la idea de unificar el mercado cambiario, lo que elevaría el valor del dólar oficial, mientras que en el equipo de Daniel Scioli no tienen pensado aplicar variaciones significativas en el tipo de cambio en el arranque de 2016.
Los equipos técnicos de Cambiemos pusieron el tema sobre la mesa y empezaron a evaluar alternativas. El cumplimiento de los contratos de futuro implica que si a la fecha de vencimiento de dicha operación el dólar oficial está por encima del valor pactado, el Central pone la diferencia en pesos. Si el precio está por debajo, el que cobra es el ente monetario, que fue lo que sucedió en el 2015.
En la City se manejan números con escalas de todo tipo. Según la consultora FDI, en caso de que a fin de marzo el dólar se ubique en $ 16, el costo para el Central sería de $ 70.000 millones, en base a $ 35.000 millones vendidos en Rofex y otro tanto en MAE. Si se devalúa a ese nivel antes del 31 de diciembre, el costo total ascendería a $ 114.000 millones; al 31 de enero alcanzaría a $ 102.000 millones y a fin de febrero $ 87.000 millones. El volumen de contratos negociados es de u$s 10.600 millones en Rofex y u$s 11.800 millones en MAE.
El problema que genera este escenario es que agregaría una emisión de pesos adicional a las que el BCRA debería encarar a fin de año para asistir al Tesoro, generando una presión monetaria sobre los precios.
La idea que empezaron a evaluar los asesores de Cambiemos es negociar con bancos y grandes empresas la cancelación de esos contratos con la entrega de una Lebac, cuya aceptación sería voluntaria. A los pequeños inversores o a quienes lo deseen, el pago obviamente le será cumplido en pesos.
En el entorno de Daniel Scioli la perspectiva es diferente, porque el candidato ha ratificado en las últimas jornadas que en caso de llegar a la Casa Rosada el valor del dólar continuará cercano a $ 10, con lo cual el pago de los futuros (la posición más negociada, marzo de 2016, implica un dólar de $ 10,80) no será un problema de magnitud. Entregar una Lebac voluntaria es una opción que consideran razonable, pero en principio poco probable. Su plan es resolver el atraso cambiario por la vía impositiva, bajando retenciones y aumentando reintegros a los exportadores.
En caso de que tras una devaluación el dólar llegue a $ 13, por la revalorización de los activos dolarizados del BCRA, un consultor experimentado de la City estimó que el ente monetario tendría una ganancia de $ 200.000 millones, frente a $ 35.000 de costo de cancelar los futuros.
La opción de la Lebac voluntaria implica recibir un título que se ajusta a una tasa de referencia que sigue a la inflación, con lo cual hay un incentivo considerable para los privados que acepten esta variable, en caso de que fuese aplicada.