• Lo hará a través de emisión monetaria.
• Se suma a posibles pérdidas por dólar futuro.
El continuo aumento del stock de Lebac, los títulos que emite el Banco Central para absorber pesos del mercado, representará un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno que asuma el 10 de diciembre. Sucede que el monto colocado, junto con los sucesivos aumentos de la tasa de interés dispuestos por el titular de la entidad monetaria, Alejandro Vanoli, incrementó exponencialmente la cifra que habrá que pagar el año que viene en concepto de intereses a los tenedores de estos bonos.
La cuenta es sencilla y prácticamente lineal. El stock de Lebac emitido asciende a $ 316.000 millones y aumentó un 46% en relación con el nivel de un año atrás. El Central deberá como mínimo renovar todo lo que vence durante 2016. Y las tasas que viene pagando rozan el 30% (era el 16% a principios de 2014, para utilizarlo como fecha de referencia).
Por lo tanto, si se aplica la tasa al monto emitido, la cifra que deberá pagar el Central en 2016, ya con la gestión del nuevo gobierno, supera los $ 88.000 millones. Se descuenta que el monto será bastante más abultado por dos razones fácilmente comprobables: el monto emitido de Lebac seguirá creciendo en forma significativa ante la continua emisión de pesos que deberá enfrentar el BCRA, al tiempo que la tasa de interés podrá aumentar aún más, especialmente en los primeros meses del año próximo si es necesario para estabilizar el dólar. Por lo tanto, no sería para nada extraño que la entidad se vea obligada a emitir por lo menos $ 100.000 millones sólo en concepto de intereses.
Todo este escenario es ya independiente de quién esté al frente del Central. Ya sea el actual titular, Alejandro Vanoli, o un nuevo presidente si Cambiemos llegara al poder (tal como lo ha sugerido Mauricio Macri), la necesidad de enfrentar esta deuda es a esta altura imposible de eludir.
Las Lebac nacieron en 2002, durante la presidencia de Mario Blejer, como instrumento de esterilización de pesos. El aumento de la emisión monetaria para cubrir el creciente déficit de las cuentas públicas llevó en forma paralela a la necesidad de aumentar la colocación de estos títulos por parte del Central. Este año el Tesoro procuró colaborar más para no exigir tanto al BCRA y colocó también más de $ 100.000 millones en Bonac y Bonad, lo cual también le generará un costo. Pero ni siquiera estos esfuerzos evitaron que la base monetaria crezca casi a un ritmo del 40% en términos interanuales, una peligrosa expansión que podría impulsar más la inflación el año que viene.
El escenario en lo que respecta a las obligaciones que tiene por delante el BCRA no es para nada tranquilizador:
* Se estima que hasta fin de año deberá emitir, especialmente en diciembre, unos $ 70.000 millones para hacer frente a los agujeros del Tesoro para pagar sueldos y aguinaldos. Se estima que la base monetaria superará, luego de semejante esfuerzo, los $ 600.000 millones.
* Al mismo tiempo, los cálculos estiman que habría que emitir un piso de entre $ 40.000 y $ 50.000 millones adicionales en marzo para hacer frente a los contratos futuros que el Central vendió a $ 10,50 en promedio. Si el dólar se estabiliza en $ 14 luego del «sinceramiento cambiario» que casi todo el mercado descuenta, la emisión necesaria para compensar a los inversores rondaría ese nivel. Si el tipo de cambio supera esos valores, el perjuicio sería aún más grande.
Para colmo, algunos economistas estiman que el Gobierno debería absorber aproximadamente otros $ 200.000 millones para liberar el cepo cambiario sin riesgos de un salto del tipo de cambio. Éste sería el monto del dinero «sobrante» que emitió el BCRA exclusivamente para enfrentar el rojo fiscal, pero sin incorporación de reservas y sobre todo sin que haya aumentado la demanda de dinero. Semejante colocación de deuda adicional también sumaría un costo millonario para las arcas públicas.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=816120