De los casi US$ 26.000 millones brutos informados, la mayoría no son propiedad del BCRA, sino de China, Francia y de ahorristas
El Banco Central (BCRA) se quedó sin poder de fuego o, al menos, según los cálculos que manejan analistas y operadores del mercado, no tendría casi reservas propias, lo que significa que para abastecer el cada vez más constreñido mercado de cambios estaría utilizando dólares prestados.
Si bien el BCRA informó ayer que sus reservas ascendían a US$ 25.918 millones, en ese número incluye préstamos, como el que tiene tomado con China o con el Banco de Francia, que en principio sólo sirven para abultar la contabilidad pero que no son fáciles de traducir a dólares; también contempla, entre otros rubros, las divisas que forman parte de los encajes que por ley deben hacer los bancos cada vez que toman un depósito en dólares del público, y las que pertenecen a los bonistas extranjeros que, por una orden del juez de Nueva York Thomas Griesa, todavía no se han podido transferir.
«Los dólares que tenés en las reservas del lado del activo se compensan con los pasivos que tiene el Banco Central. La disponibilidad en términos de reservas líquidas netas es cero», sentencia el ex director del Carlos Pérez. «Lo que pasa es que, en cuanto a los pasivos, hay algunos que no son exigibles inmediatamente, como es el caso de los dólares que quedaron congelados por orden de Griesa, y que podrían llegar a usarse», explica el economista.
Según cálculos privados, de los US$ 26.278 millones que el BCRA informó hasta la semana pasada, US$ 10.853 millones serían parte del préstamo (swap) con el Banco de China; US$ 1200 millones, de un crédito con el Banco de Francia; US$ 155 millones estarían comprometidos para pagos dentro de Aladi (la Asociación Latinoamericana de Integración); US$ 50 millones se deben a Brasil por el sistema de monedas locales por comercio exterior); US$ 8615 millones son fondos de ahorristas que los bancos tienen depositados en el Central; US$ 199,2 millones son deudas que deben saldarse con organismos internacionales para el 15 de diciembre; US$ 427,3 millones son depósitos en custodia, y US$ 2640,7 millones son los fideicomisos con los dólares de los bonistas del canje, que por el conflicto con los fondos buitre no pudieron cobrar (US$ 539 millones del Bank of New York y US$ 2101,7 millones del Banco Nación). Además, habría US$ 1100 millones de bonos del Tesoro de Estados Unidos que son propiedad de Sedesa (la sociedad que garantiza los depósitos del sistema financiero) y US$ 613 millones de títulos Cedin, que pueden cobrarse en cualquier momento.
En otras palabras, hasta la semana pasada, le quedaban al BCRA apenas US$ 424 millones propios, (menos de lo que necesita para una semana, al ritmo que viene liquidando reservas). Además, la mayoría de los activos en los cuales que están invertidas las reservas son ilíquidos. Porque el BCRA tiene, por ejemplo, posiciones en oro por US$ 2200 millones y derechos especiales de giro (DEG), que es la moneda del Fondo Monetario Internacional (FMI), por US$ 2800 millones.
A la consulta de LA NACION, el ente monetario no desmintió las cifras y señaló: «Las reservas que el BCRA informa están para ser utilizadas y contabilizan similares conceptos a los que incluyen otros bancos centrales. La evidencia más contundente sobre la disponibilidad de las reservas que informa el BCRA está dada por las cancelaciones de deuda que se atienden sin problemas, la provisión de divisas para atender diariamente la demanda de dólar ahorro y el abastecimiento de divisas para importadores».
Precisamente sobre este último punto, el economista Federico Muñoz, de Muñoz y Asociados, señaló: «La reducción del cupo diario para importadores a exiguos 50.000 dólares es el mejor testimonio de que se estarían extinguiendo las reservas líquidas. El BCRA computa como reservas los yuanes del swap por el equivalente a US$ 10.800 millones depositados en una cuenta en Hong Kong. Sería un buen momento para convencernos de que el swap no fue mero maquillaje contable y que arbitren los medios para convertirlos a dólares y traerlos (hacerlos líquidos).
Amilcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur, dice que, en lo que va del año, el BCRA lleva vendido un neto de US$ 10.464 millones sólo en concepto de dólar ahorro y gastos de turismo y con tarjeta de crédito. «Es probable que el BCRA ya esté usando depósitos de terceros. Porque no está entrando un solo dólar: los exportadores no van a vender ante la expectativa de una devaluación», subrayó Collante. En el mercado se calcula que hay entre 8000 millones y 12.000 millones de dólares de exportaciones que podrían volcarse al mercado cambiario en un nuevo contexto.
Entre los economistas admiten, que pocos habían previsto este deterioro del balance del BCRA. La mayoría había especulado que el Gobierno buscaría refinanciar los US$ 6300 millones que pagó en octubre por el Boden 2015, o los millones que se fueron por la cancelación, el mismo mes, del bono bonaerense.
Pérez, de hecho, destaca que el ritmo de ventas netas del BCRA en octubre pasado y las previstas para noviembre serán tan altas como las registradas en 2011, previa la reelección de Cristina Kirchner, y antes de que se instaurara el cepo cambiario, precisamente, para contener una sangría de dólares, que es hoy tan grande como la de entonces.