• Ya comenzaron a elevarse entre empresas y entidades de segundo nivel. Con cambios en dólar, llegarán al público
A pesar de la fuerte expansión en la cantidad de pesos, producto de la emisión monetaria que supera el 35% en términos interanuales, las tasas de interés en pesos continuarán su sendero alcista. En las últimas horas comenzó a observarse cierto recalentamiento, pero por el momento en el circuito extrabancario y en las operaciones entre empresas. Pero buena parte de los inversores del mercado local también comenzaron a tomar medidas para estar cubiertos para cuando se produzca ese salto que muchos consideran será inevitable en el corto plazo.
¿Cuáles serían las razones para esperar que suba la tasa en pesos? En el mercado nombran por lo menos cuatro motivos:
• La habitual necesidad de pesos estacionales que se presenta a fin de año, ante la necesidad que tienen las empresas de hacer frente al pago de sueldos y medio aguinaldo antes de Navidad. Como además diciembre será un mes con poca cantidad de días hábiles, el apuro por conseguir efectivo será todavía mayor. Es habitual que todos los diciembres el Central alivie los requisitos de efectivo mínimo a los bancos para que puedan contar con mayor liquidez y así suavizar los picos que muestra la tasa en pesos en esta época del año.
• El anunciado salto del tipo de cambio. Si se lleva adelante el plan que esbozó Mauricio Macri durante la campaña presidencial, después del 10 de diciembre comenzaría el levantamiento del cepo y el sinceramiento cambiario, ya que el presidente electo habló de «unificar el dólar». Esto llevaría el tipo de cambio oficial a valores mucho más altos que los actuales, se especula entre $ 14 y $ 15 en una primera etapa. Sin embargo, cualquier movimiento de este tipo debería ir acompañado necesariamente de tasas más altas con el objetivo de seducir al ahorrista a pasarse del dólar a pesos, por lo que habría que incentivar a los bancos a pagar rendimientos más altos en moneda local. Esta situación ya sucedió con la devaluación de 2014, que llegó al 23%, y cada vez que se produjo un salto discreto del dólar. Ese aumento de las tasas podría suavizar o incluso evitaría un «overshooting» del tipo de cambio, es decir un aumento exagerado de la cotización para luego volver a niveles de «equilibrio».
• Las dificultades de provincias para hacer frente al pago del medio aguinaldo. Muchas ya están tanteando a bancos para ver qué disponibilidad de efectivo tendrán para conseguir el dinero antes del 15 de diciembre. Sucede que las arcas provinciales quedaron exhaustas luego de las elecciones. Es posible que en los próximos días, incluso, el mercado se sature de emisiones de Letras de Tesorería a corto plazo que serviría para que los distintos distritos puedan hacerse de liquidez, ante la comprometida situación fiscal que también presenta el Gobierno nacional.
• Como se espera que la inflación del año que viene aumente debido a la suba del dólar y al sinceramiento gradual de las tarifas, entonces también será necesario compensarlo con una mayor remuneración por dejar los pesos inmovilizados. Hoy la tasa de interés ya está neutra en términos reales (equipara la inflación) y la lógica indicaría que se ubique por lo menos 2 o 3 puntos por encima de la suba esperada de los precios al menos en el corto plazo.
Ante este panorama, muchos inversores institucionales decidieron acortar a la mínima expresión la duración de las tenencias de instrumentos en pesos, como está sucediendo con los fondos comunes de inversión y las compañías de seguros. El objetivo es no quedarse con tasas que dentro de dos o tres semanas pueden quedar ya muy atrasadas.
El último aumento de rendimientos en moneda local lo decidió el Banco Central en octubre, subiendo la tasa de Lebac en 3 puntos porcentuales, lo que a su vez elevó los rendimientos de plazo fijo, que ahora tienen un piso superior al 26% anual en moneda local. Es probable que para fin de año ese rendimiento se ubique cerca del 30% o incluso por encima de ese nivel.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=817392