Según cálculos, el Banco Central tendría cerca de u$s 7000 millones en la actualidad si se le resta el swap chino y otras líneas que ha sumado la entidad rectora. También ponderan la importancia de establecer un tipo de cambio único y «razonable» con la finalidad de no incentivar en forma contundente la demanda de dólares al momento de liberar la plaza cambiaria
Hace unos días, le preguntaron a Alfonso Prat Gay, el futuro ministro, cuántas reservas él creía que tenía el Banco Central. Sin conocer los números, arriesgó: «Sabemos que hay más de 25.000 millones de dólares, pero también entendemos que están prendados porque son la contracara de las deudas que la Argentina tiene que pagar en el corto plazo. Cuando vos hacés la resta, la verdad es que el número es muy bajito: andará por los 6.000 o 7.000 millones de dólares. Hay que abrir el cepo para que entren más, no para que se vayan», dijo.
La renuncia de Alejandro Vanoli pareció sumir a los analistas y observadores de la City en una duda. ¿Será suficiente para poner en marcha el proceso de desactivación del cepo cambiario? El propio Prat Gay, futuro ministro de Hacienda, había señalado oportunamente su intención de desandar las restricciones cambiarias en forma progresiva si se cumplían dos condiciones: por un lado, la renuncia de Vanoli; por otro, la llegada de dólares que permitan otorgarle al Banco Central la posibilidad de intervenir en el mercado cambiario para fijar el valor del ?billete? estadounidense. Cumplida la primera, la pregunta que conforma el epicentro de la segunda es… ¿cuántos dólares son necesarios?
«Dependiendo de muchas variables, se considera que el stock de divisas disponibles para intervenir de manera inmediata en la unificación del mercado debería ubicarse entre los u$s 10.000 millones y los u$s 20.000 millones», señaló Pedro Rabasa, director de Empiria Consultores. En esa misma línea otros economistas se sumaron a las estimaciones. Por ejemplo, Martín Polo, Economista jefe de la firma Analytica, sostuvo que debe constituirse un piso de reservas líquidas de no menos de u$s 10.000 millones para poder comenzar a levantar el cepo.
En cambio Miguel Kiguel, economista de Econviews, sostiene que hacen falta, al menos, u$s 20.000 millones. «El éxito de desmantelar el cepo depende de la conjunción de dos factores, el tipo de cambio y la cantidad de reservas. Si el tipo de cambio es a $ 9,50, entonces necesitás muchos dólares; en cambio, si el tipo de cambio tiene un nivel más alto y acorde a las expectativas, entonces con unos u$s 20.000 millones está perfecto», señaló.
Según Rabasa, uno de los supuestos en los que se ejercitan estas cifras asume que los problemas de pagos atrasados (básicamente importaciones impagas y utilidades retenidas), no serán liberados de manera inmediata, pero que sí se liberan de manera más o menos rápida los nuevos flujos. «El stock de divisas inmediatamente disponibles debería ser complementado con un respaldo adicional en recursos potenciales (que no necesariamente deberían ser utilizados de manera inmediata), provenientes de swaps con otros bancos centrales u operaciones similares», señaló. «Resulta bastante probable que esa segunda línea de defensa finalmente no deba ser utilizada (ya que, una vez controlada la volatilidad del tipo de cambio y reducidas severamente las expectativas devaluatorias, puede preverse una fuerte afluencia de divisas), pero igualmente debe estar disponible ante eventos inesperados, como por ejemplo que la probable inminente suba de las tasas de interés en EE.UU. provoque eventualmente un deterioro agudo en el contexto externo», agrega en un reporte dado a conocer ayer.
¿Cómo conseguir el puente financiero? Un reporte de la consultora Analytica señala que el primer objetivo es que el agro liquide la cosecha remanente para lo cual se le ofrecerán ciertas ventajas impositivas, como por ejemplo exceptuarlo de las retenciones. También se menciona a un nuevo acuerdo con China, mientras que el resto debería llegar, sostienen, por el canal financiero.