• Reunión a las 9.30 por dólar futuro.
• Busca Sturzenegger evitar el pago.
• Los riesgos.
• Avance con cerealeras.
Día de asunción y de juras pero también de intensas reuniones y llamados telefónicos del equipo económico. La normalización del mercado cambiario la semana próxima es lo que manda. Por un lado está la negociación con bancos extranjeros para que aporten entre u$s 6.000 y 10.000 millones (ver página 13). Por el otro, las cerealeras, que aportarían liquidaciones diarias por u$s 300 millones a partir del lunes (resta definir qué mecanismo o título recibirían para concretar esos desembolsos). Y en el medio está la definición de las operaciones a futuro pactadas por el BCRA bajo la gestión de Alejandro Vanoli. Sólo cuando estén definidos estas tres cuestiones, Alfonso Prat Gay dará luz verde a la unificación y devaluación del tipo de cambio oficial. Por la marcha de estas gestiones, resulta muy complicado que el lunes 14 se vuelva a la normalidad. Quizás ello ocurra martes o miércoles próximos.
En donde más están trabados Alfonso Prat Gay y Federico Sturzenegger es en la definición de las operaciones de dólar a futuro. La denuncia efectuada por el actual ministro de Hacienda y Finanzas contra Vanoli en plena campaña por el balotaje, fue un boomerang: ahora está obligado a pagar esas operaciones a futuro (se estima en $ 50.000 millones) o debe romper contratos pactados entre privados en el inicio de su gestión. Y por lo información a la que Ámbito Financiero accedió ayer de los contactos mantenidos por Federico Sturzenegger con bancos, la intención es no hacerse cargo de lo hecho por Vanoli por más que hayan sido transacciones básicamente de cerealeras (a las que ahora se pide financiación), auto-motrices o compañías que buscaron cobertura ante variaciones del tipo de cambio a lo que luego se sumaron otros atraídos por el subsidio del BCRA. Concretamente el flamante equipo económico quiere que las operaciones pactadas, ya sea en el Rofex o en el MAE, se ajusten en base a una «tablita», con perdón de la palabra, en base a la fecha en la que se concretaron las mismas.
Por ejemplo, si se hicieron en octubre antes de la primera vuelta, operaciones a futuro, a marzo de 2016, a $ 10,90, el comprador debe optar entre cancelar la transacción o bien agregarle cuatro pesos, a $ 14,90 al precio futuro. Ese ajuste se hace sobre la base de lo que costaba en esa fecha concretar la misma operación en Nueva York (plaza en la que el BCRA no intervenía). Lo que pretende el nuevo BCRA es que la medida la impulsen por sí sólos, el MAE y el Rofex y no se note la mano invisible de la nueva conducción económica. El problema pasa por los juicios que seguramente sobrevendrán con esta medida sobre los intermediarios, quienes se darán vuelta y se los harán al BCRA. Los abogados, felices con las medidas. Hoy a las 9.30 habrá una reunión en el BCRA entre Federico Sturzenegger y la cúpula del MAE. Luego, seguramente será convocado el Rofex. De esta manera se quieren aplicar nuevos valores a las operaciones efectuadas en los últimos tres meses. Todo es cuestionable, desde la comparación del precio futuro en Buenos Aires con el de Nueva York (legislaciones, monedas de pago diferentes) hasta lo estrictamente legal y jurisprudencial existente de la crisis de 2001 cuando se intentó hacer algo similar.
Muchas críticas estaban en ciernes de banqueros y empresas por lo que se pueda decidir sobre este primer test que enfrenta el equipo económico. Ayer, las reservas del BCRA retrocedieron más de 200 millones de dólares. Probablemente se cierre algún acuerdo variando los ajustes de la «tablita», pero se dejarán cicatrices en función de lo que se defina en las próximas horas.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=819489