La depreciación acentúa la distancia de competitividad a través del tipo de cambio real bilateral contra el peso, que estiman su nivel de equilibrio más cercano a un peso de $ 15
La crisis política en Brasil disparó una vez más la volatilidad del tipo de cambio brasileño, que ayer superó la barrera psicológica de los R$ 4,00 por dólar, un nivel que no se veía desde fines de septiembre.
La preocupación de los inversores por un posible giro de la política económica bajo la conducción del ministro Nelson Barbosa y la pérdida del grado de inversión del país fueron los principales argumentos tras la nueva devaluación de la divisa.
El real se depreció ayer un 0,7% a R$ 4,010, mientras que la volatilidad en el tipo de cambio escaló 23,5%, su nivel más alto entre las 16 monedas más importantes que sigue Bloomberg.
El avance de la moneda extranjera vuelve a poner al tipo de cambio real (TCR) contra el peso argentino en una nueva relación, pese a que el Gobierno devaluó el peso un 30% tras la eliminación del cepo.
El tipo de cambio real es un cálculo que tiene en cuenta el poder de compra de la moneda de un país en comparación con la de los países con los que comercia. En este sentido, a un valor de $ 12,86 para la moneda local, el tipo de cambio real bilateral argentino con respecto al real significa una mejora de 20% en relación a noviembre, según datos de la consultora Ledesma.
«Sin embargo, el actual nivel está dentro de los mínimos históricos, es decir, por debajo de la última década y en línea con el promedio de la década de los 90?. La competitividad mejoró, pero a priori no parece sustentable», señaló Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma, para quien un nivel del peso entre $15 y $16 sería más coherente para mantener un mejor nivel de competitividad.
Es que el diferencial de inflación entre ambos países es mayor al 20% – en Brasil el incremento de precios terminará el año en 10,7%, mientras que la inflación local podría rondar entre 25 y 27%, según datos privados. Incluso el panorama luce más complicado el año que viene, con un real más depreciado y en un contexto inflacionario mucho más moderado.
«La brecha de competitividad es muy fuerte. La Argentina se estabilizo por debajo del blue y el diferencial de competitividad entre ambos países no se solucionó. En este sentido, habrá que ver como se comporta el mercado y la política fiscal», dijo Dante Sica, director de Abeceb.com.
En línea con otros bancos de Wall Street, desde Goldman Sachs esperan que el real alcance R$ 4,30 el año que viene con una inflación de 7%. Pero si el peso se mantiene constante en $ 14,5 – suponiendo que comience 2016 en estos niveles -con una inflación esperada de 35-40% – , el tipo de cambio real bilateral podría cerrar el próximo año en un 40% más caro, dijeron desde un banco extranjero.
En cuanto a la competitividad que ganó el peso, luego de la devaluación, en relación a las monedas de sus socios comerciales más importantes – que incluye a 25 países y la Unión Europea – , desde Barclays calcularon que el tipo de cambio local volvió a estar cerca del nivel histórico en términos reales.
Sin embargo, desde el banco sostienen que el tipo de cambio nominal con el que la Argentina ganaría competitividad, sería de $15,3.