El Gobierno trabaja sobre la posibilidad de reducir, aunque sea en parte, la presión del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para algunos productos de primera necesidad. La idea es un aporte del flamante titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, sobre la base de un trabajo que él mismo venía preparando a comienzos de 2008, cuando también dirigía el organismo recaudador, pero tuvo que abandonarlo por una pelea con el que en ese momento era el director de la Aduana, Ricardo Echegaray, quien meses después lo reemplazaría por orden del ya expresidente Néstor Kirchner.
Las ideas sobre las que trabajaba Abad con sus entonces asesores directos de la AFIP (llamada en aquellos tiempos la «línea histórica», todos luego retirados del organismo), se basan en la reducción de unos puntos en el IVA, y llevándolo en algunos productos de demanda elástica al 18% o 17%. Si bien los asesores de Abad consideraban en aquellos días que la baja no necesariamente debía derivar automáticamente en una reducción de precios, o les permitiría a las principales empresas de alimentos, bebidas y otros bienes de consumo masivo tener un mayor colchón para soportar incrementos de otros costos sin aumentar los valores de los productos que ofrecen dentro del mercado local. Los estudios que había elaborado Abad y su equipo indicaban que si bien la rebaja lineal del IVA entre dos y cinco puntos no implicaría necesariamente la reducción plena de los precios en ese nivel, serviría como colchón para que los alimentos, bebidas y productos de primera necesidad tengan una presión sobre los costos más débil, para amortiguar efectos de alzas de precios inmediatas. Luego, se aseguraba, en el tiempo se podría notar la reducción de algunos puntos porcentuales en los precios finales, para cuando la presión inflacionaria por la salida del «cepo» haya terminado su efecto. La aplicación de la mejora podría aplicarse de manera universal (para todo el mercado) o exclusivamente para los beneficiarios de planes sociales, jubilados con la mínima, etc. El proyecto, de concretarse, se presentaría como la aplicación de un IVA «diferenciado» para productos de la canasta básica de alimentos y bebidas y formaría eventualmente parte de las negociaciones por un «acuerdo social».
Aquellos estudios preliminares y más de cinco carpetas con información detallada sobre la marcha de la AFIP, fueron entregadas en marzo de 2008, cuando Abad dejó la AFIP, a Carlos Fernández (su sucesor y luego titular de Economía), y nunca más se supo del proyecto.
Abad le comentó al presidente, Mauricio Macri, y al ahora ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, la idea, y ambos le dieron el visto bueno para que comience a trabajar sobre la idea.
Una curiosidad: hoy será la primera conferencia de prensa del nuevo titular de la AFIP en la que informe sobre los resultados de la recaudación impositiva mensual; será además un balance de la gestión de su antecesor Ricardo Echegaray y brindará los datos del último año de ingresos fiscales de Cristina de Kirchner. Se espera que haya un nuevo récord anual de ingresos públicos.
La meta prevista para todo el año pasado era de 1.481.735 millones de pesos, y hasta noviembre se habían obtenido unos $ 1.392.914 millones, con lo que sólo repitiendo los 130.000 millones de ese mes se superará la meta; con un promedio de crecimiento anual de los ingresos superior al 27%. La recaudación de diciembre, así, se ubicaría entre los 135 y 140 mil millones de pesos, por el impacto de las cargas sociales sobre el pago de los aguinaldos fundamentalmente. Hasta noviembre, la recaudación fiscal alcanzaba a 1,4 billón de pesos, que significa una mejora del 31,3 por ciento respecto de los primeros nueve meses de 2014.
El año 2016 implicará para el Gobierno un fuerte desafío recaudador ya que la eliminación de las retenciones y la baja de la alícuota de otros impuestos, como el de lo autos de alta gama, lo obligarán a un esfuerzo adicional para lograr las metas estipuladas.
Originalmente, la Ley de Presupuesto 2016 estima una meta de recaudación tributaria de 1.941.420,5 millones de pesos, lo que implica un aumento de 25,7 por ciento respecto de la pauta prevista para 2015. Esta cifra será el desafío primario que deberá lograr Abad. La meta es alcanzable. Sin embargo, habrá que tener en cuenta que dos de los principales sostenes de los ingresos fiscales durante todos los años de kirchnerismo, las retenciones a las exportaciones y la presión del Impuesto a las Ganancias, se verán afectadas seriamente por las primeras decisiones del macrismo ya en el Gobierno. El Ejecutivo redujo las retenciones en un 5% para la soja y las eliminó para la producción regional, mientras que se prepara para el primer trimestre del año el envío al Congreso de una amplia reducción del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría (trabajadores en relación de dependencia), una mejora considerada «indispensable» tanto para el Gobierno como para los sindicatos. Será una de las herramientas que el macrismo ponga sobre la mesa para negociar el buscado «acuerdo social». Sin embargo, inevitablemente, representarán una reducción en los ingresos fiscales.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=822042