Un acuerdo definitivo con los holdouts significará que la Argentina dará un paso crucial para acceder a los mercados internacionales, lo que permitiría al país obtener una mayor flexibilidad financiera, puesto que las reservas internacionales dejarán de ser la única fuente de acceso de divisas del gobierno, sostienen en el mercado.
En este contexto, curar el default generará, entre otros efectos, una reducción sustancial en el costo de capital para las empresas y un alza adicional de no menos de 15 al 20% en las acciones argentinas, en caso de compresión de spreads y la caída del costo de fondeo a niveles regionales, según estimaciones de Raymond James.
Estas subas se sumarían al crecimiento promedio de 30% en el precio que el fondo prevee para las acciones en los próximos 12 meses. Cabe destacar que este cálculo excluye cualquier aumento de las ganancias que deberían derivarse de mayores niveles de inversión en las compañías que cotizan en la bolsa, sostuvo un análisis reciente de Raymond James.
Las firmas beneficiadas serán Edenor, Banco Francés, Cresud, Banco Macro, Grupo Financiero Galicia, IRSA, Pampa Energía, Petrobras, Telecom, Transener, Transportadora de Gas del Sur e YPF.
Una fuente más barata y más amplia de financiación sin duda se traducirá en más inversiones y, a su vez, en un crecimiento más rápido de ganancias, remarcaron desde el fondo. Dado el limitado acceso a los mercados y las primas internacionales relacionadas con el riesgo soberano, las empresas argentinas se basan extensivamente sobre el capital interno en lugar de deuda para financiar sus operaciones.
Según datos del fondo, el crédito doméstico de Argentina en relación al PBI es inferior al 20%, muy por debajo del promedio de la región, que muestra niveles cercanos al 45%. Al excluir el endeudamiento de las familias -a través del crédito al consumo, préstamos para automóviles y/o hipotecas -, la tasa de crédito doméstico en relación al PBI desciende al 10%.
«A la luz de esto, las empresas argentinas podrían aumentar su capacidad para generar inversiones financieras e impulsar el crecimiento de ganancias más rápido, sin crear ningún impacto material en su capacidad de pago o calidad de crédito», apuntó el informe de Ramond James.
En promedio, los rendimientos de los títulos emitidos por compañías argentinas se ubica en torno al 8,5%. Esta cifra se compara con un promedio regional de 5,5%, que va desde el 4,5% para las empresas en los países andinos al 8% y el 9% para las compañías brasileñas.
De acuerdo a los cálculos del fondo, el rendimiento de los bonos corporativos podría escalar un 10%, teniendo en cuenta que la reducción en el costo de fondeo podría ser de 200 puntos básicos hasta 6,5%, en un escenario de normalización económica.