Se debe a la devaluación y a que la gestión anterior vendió contratos hasta junio. El grueso se pagó en diciembre ($ 39.300 millones), pero en enero la cuenta llegó a $ 9.000 millones y en la primera mitad de febrero supera ese monto. Contrasta con la política general de contracción
El pago de los futuros baratos vendidos por la gestión anterior en el Banco Central (BCRA) es prácticamente la única causa de emisión de pesos que realiza la entidad monetaria y contrasta con su política de reducir fuertemente el ritmo de emisión monetaria para bajar la inflación.
El monto grande de emisión de dinero para pagar los futuros que se vendieron por debajo de las expectativas de devaluación se pagó en diciembre, unos $ 39.300 millones, según datos del BCRA, cuando el gobierno actual levantó el cepo cambiario y devaluó el tipo de cambio oficial más del 36%.
Pero dado que el dólar siguió subiendo y el BCRA había vendido contratos baratos hasta junio de 2016, en enero la emisión de dinero ascendió a $ 9.076 millones, cuando el tipo de cambio se alzó 6,7%.
Y sólo la primera mitad de febrero, con un dólar que subió 8% hasta superar los $ 15, se terminó emitiendo más que en todo el mes anterior, $ 9.861 millones al 16 de febrero.
Hoy el BCRA no interviene en el mercado de futuros. Recién comenzó a hacerlo en el mercado de spot el jueves pasado, lo que podría imprimirle volatilidad a las cotizaciones y que entonces el pago de los futuros se mantenga en un límite.
Al permanecer abiertos los contratos a futuro vendidos y devaluarse la moneda, el BCRA debe depositar la diferencia cambiaria en la cuenta de Rofex para que el dinero sea transferido a los compradores de los contratos abiertos al día siguiente. Esas actualizaciones se realizan mediante la emisión de pesos.
«La emisión de base monetaria no tiene motivo excepto para monetizar los futuros, que de todos modos son cantidades limitadas para las estadísticas argentinas y después de la súper emisión de fin de año», dijo Pedro Rabasa, director de Empiria Consultores. «Los importes de emisión para futuros en forma relativa son importantes porque es lo único que se emite. Pero teniendo en cuenta que se ha dejado de emitir para financiar al Tesoro y para comprar dólares, no son cifras tan grandes», agregó.
El BCRA también ha emitido dinero para comprar divisas ($ 2.310 millones en enero y $ 834 millones en febrero, sin contar la venta del jueves pasado) y realizar pases por $ 1.740 millones en enero.
La gran diferencia con la gestión anterior es que las transferencias al Tesoro, la principal causa de emisión monetaria, han caído abruptamente, a $ 186 millones en enero e implicó una contracción por $ 2.678 millones en lo que va febrero.
Junto con la fuerte emisión de Lebac, el BCRA contrajo $ 61.971 millones la base monetaria en lo que va del año.
La venta de futuros baratos fue un escándalo: muchos inversores experimentados se endeudaron para aprovechar la oportunidad y nuevos inversores, incluso minoristas, ingresaron a este mercado para aprovechar la renta segura si el nuevo gobierno corregía el atraso cambiario.
Para limitar la fuerte emisión monetaria que iba a implicar el pago de esos derivados, Rofex, de acuerdo con el nuevo gobierno, terminó declarando la emergencia y recortando el pago de los futuros entre 1,25 y 1,75 pesos si se hubieran comprado desde la fecha en que le había concedido al BCRA anterior inundar la plaza con futuros.
Se estima que se ahorraron unos $10 mil millones. Pero luego muchos inversores entablaron acciones judiciales contra Rofex y Argentina Clearing.
Hoy el mercado de futuros todavía se está depurando de quienes aprovecharon la especulación del año pasado. Se entiende que la brecha entre la tasa implícita de devaluación que arrojan los contratos de futuros y las tasas de interés en pesos se debe a que el desarme de posiciones de quienes compraron los futuros baratos contrarresta la demanda.
«En el arranque, el desarme de la enorme cantidad de contratos especulativos mantuvo las tasas implícitas (de devaluación) a la baja. Pero a medida que pasen los meses se tendría que normalizar», dijo Marina Dal Poggeto, directora del Estudio Bein. «De corto plazo, sirve para no frenar demasiado la economía, pero se escapa el dólar por el otro lado. Con un cuarto de punto (de suba en la tasa de Lebac) no se arregla el dólar», agregó.