Mientras el oficial, en el segmento minorista, cruzó la barrera de los $ 16, en las cuevas vendían dólares por debajo de ese valor. Comerciantes venden billetes en el paralelo para hacerse de pesos y cubrir gastos operativos, dado que a raíz del aumento de precios el consumo se ha retraído. Deben salir a vender divisas para cubrir cheques y poder pagar sueldos.
«Vamos a ver cómo es, el reino del revés», cantaría María Elena Walsh, al observar que el dólar ilegal sale más barato que el legal. Mientras ayer el minorista en los bancos llegó hasta $ 16,20 (caso ICBC, cuya pizarra mostró el precio más alto, mientras Macro tuvo el más bajo, en $ 15,95), el blue terminó en $ 15,85.
¿A qué obedece esta disparidad en los precios, cuando por lógica el mercado negro debiera ser más caro? «Faltan pesos en la calle: bajaron las ventas en general y las mutuales tienen el chorro cortado para abastecer de pesos informales. Está más ofrecido porque los que tienen dólares blue necesitan hacerse de pesos para pagar gastos», detallan en las mesas.
Lo cierto es que no tan sólo empresas: también los comerciantes están acudiendo a las cuevas para hacerse de pesos para cubrir gastos operativos, dado que a raíz del aumento de precios el consumo se ha retraído bastante. Entonces, deben salir a vender divisas para cubrir cheques y poder pagar sueldos.
Por otra parte, lo hacen en el informal porque muchos comerciantes y empresas solamente estarían facturando en blanco la mitad de sus operaciones: el resto es negro. Vale un ejemplo: los carteles de descuento por pago en efectivo son, muchas veces, para no tener que blanquear la operación, además de para tener el cash en el acto, ya que con tarjeta de crédito el dinero les demora casi un mes en ingresar.
Que desde hace días el blue esté más barato que el oficial marca el parámetro de que en la calle no hay combustible para que el dólar trepe mucho más. El blue quedó por debajo de los $ 16 porque la demanda es muy baja, ya que el gobierno está limitando la entrada de mercadería informal desde el exterior por Aduana, producto de la persecución que tienen con el contrabando.
Y la gran demanda que había era para compras del comex blue, como denominan en la jerga a la indumentaria y tecnología importada que viene por la frontera para venderse en las saladas y saladitas. Los aduaneros y gendarmes tienen orden de frenar todo camión que pase por frontera, lo que provocó que el blue esté pisado.
Por otra parte, el ahorrista no está en la plaza blue, y como hasta hace unos días el informal pagaba mejor el dólar que los bancos, que tienen un spread (diferencia entre la punta compradora y vendedora) de 40 centavos, la gente seguía vendiendo dólares en el blue y entrando en pesos al sistema. Ahora la punta compradora del blue convergió con la oficial y perdió presión vendedora. «Pero el blue necesita del comex informal para tener la brecha de un 10% más caro que el oficial: sin el comex, el blue no existe», se sinceran en la City.
¿Por qué sube el oficial?
Desde hace cuatro años que girar utilidades estaba prohibido, sólo en el primer trimestre son entre u$s 400 a u$s 500 millones de giro. «La oferta genuina todavía es insuficiente para atender pedidos de importadores y pagos de servicios y dividendos. Más allá de todo eso, también hay una suerte de profecía autocumplida: si pienso que va a seguir subiendo y soy exportador, retengo dólares. Por el mismo motivo, si soy importador, compro anticipadamente potenciando todo el efecto», describe Gustavo Quintana, de PR Corredores de Cambio.
En el oficial hay un stock de compradores apurados, sea por utilidades, sea por deuda privada o por giros de aseguradoras para recomponer el contra-aseguro que el kirchnerismo prohibió y ahora está permitido, que está generando excesos. Ahora parece que se están animando a girar dólares sin usar tanto el contado con liquidación, y eso afecta al MULC. Tampoco es una demanda extraordinaria, pero suma en un momento de stress de la demanda en general. De 25 registros de operaciones en CCL, 11 son aseguradoras únicamente. O sea, un solo sector se lleva el 40% de la demanda del contado por Bolsa. A eso se debe sumar los que giran vía MULC.
Esta sobredemanda en teoría debería terminar en la primera quincena de marzo, luego la oferta toma el control de la plaza devuelta. «Pero el BCRA parece estar dispuesto a vender y fuerte, así que si sigue vendiendo reservas, contrayendo pesos, y sube las tasas puede que le ponga un techo», advierten los mesadineristas.
De todos modos, el problema radica en que también hay demanda financieras presionando sobre el tipo de cambio, mientras la oferta es muy escasa: exportadores del agro ya adelantaron y ahora queda un hueco hasta la cosecha gruesa en abril. Fuera del agro nadie aporta un dólar.