La recuperación no se verá hasta el tercer trimestre. La suba de precios empezaría a moderarse recién en mayo, lo que permitiría reanimar el consumo y favorecer un rebote
La proyección de crecimiento para el 2016 está cambiando de castaño a oscuro, tal como lo graficó en su último informe la consultora Ecolatina. Si a fines del año pasado la mayoría de los analistas pronosticaba leve crecimiento o estancamiento, ahora prevén caída de hasta 2% en algunos casos. Y gran parte de este pesimismo mayor en cuanto a la evolución del PBI está relacionado con que la administración de Mauricio Macri está avanzando con un ajuste mayor al imaginado, que derivará en mayor suba de precios. En este escenario, los economistas están corrigiendo todas sus previsiones para el año: las de crecimiento a la baja y al alza las de inflación, que muchos ya ven en torno al 36 a 38%.
«Si bien muchas consultoras estaban muy optimistas y ahora empeoraron sus proyecciones, nosotros siempre supimos que el 2016 era el año del ajuste. El atraso cambiario, el dólar anclado, paritarias al 30% y una inflación del 22% el año pasado nos daba crecimiento para 2015, y el Indec lo confirmó. Pero para el 2016, como contracara de eso, esperábamos caída de actividad y aceleración de la inflación», manifestó Marina dal Poggetto, socia del estudio Bein & Asociados, quien ratificó su estimación de una baja del PBI de 2,3% y un alza de precios acumulada a diciembre del 36%.
Dal Poggetto admitió que los aumentos tarifarios fueron superiores a los incorporados en sus proyecciones, pero por el momento no modificaron sus números de inflación. Dependerá, aclaró, de la capacidad que tenga el Banco Central (BCRA) para sostener la política monetaria restrictiva y su impacto en el tipo de cambio, ya que «en el último mes funcionó como ancla».
En cuanto a la actividad, la merma de 2,3% supone una recuperación parcial del consumo respecto a los mínimos a ser alcanzados en abril y mayo, y una desaceleración del ritmo de inflación en la segunda mitad del año, con el dólar más calmo y sin nuevos aumentos tarifarios.
Este es el escenario que todos avizoran para la segunda parte del año, en gran parte a partir de las declaraciones públicas de varios funcionarios respecto de que se terminaron los aumentos de tarifas y la inflación bajará a 1% mensual a partir del segundo semestre. El consumo, a su vez, podrá verse traccionado algo más por el efecto de las paritarias en el bolsillo de los trabajadores.
Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres & Asociados, consignó que habían rebajado la meta de inflación de 38% a 33% para el año frente a declaraciones del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, de que las subas en su área no serían tan importantes. Pero finalmente eso no ocurrió, por lo que están revisando la estimación para llevarla nuevamente a 37,5%. Abril será el último mes con fuerte incremento de precios, ya que impactarán los recientes anuncios en transporte, gas y agua. Ya esos incrementos aportarán 6 puntos a la inflación de abril, por lo que algunos estiman que rondará el 8%. «Después en mayo quedará el subte y tal vez algunos comerciantes van a querer subir los precios para pagar el alza tarifario, pero debería comenzar a bajar la inflación a razón de 1,5% mensual», afirmó Spotorno. En cuanto a la meta de crecimiento, señaló que la mantienen en -0,5% por ahora, con caída en los primeros tres trimestres y recuperación en el último por una mejor cosecha fina. La industria seguirá en caída y la construcción podría repuntar recién a fin de año, en función de cuán rápido avance el Gobierno con la obra pública. Las obras privadas llegarán más tarde.
El transporte, la sorpresa
La consultora Analytica, que dirige Rodrigo Alvarez, también elevó su estimación de inflación, de 34% que tenían a principios de año, a 38% ahora. «Las subas en electricidad y gas lo veíamos; nos sorprendió un poco transporte. Avanzaron rápidamente, lo que demuestra que hay una clara intencionalidad de pagar todos los costos de entrada», manifestó el economista, quien agregó que en términos del PBI, aún mantienen la misma previsión de estancamiento para este año, pero muy posiblemente la cambien a una caída de entre 0 y 1%.
Según Alvarez, «la clave es ver qué reacción tiene el Gobierno en el segundo semestre. La inversión privada va a demorar un poco más de lo previsto, por lo que será fundamental que el Estado ponga en marcha los engranajes de la actividad». Hoy la apuesta oficial es bajar la inflación y las altas tasas de interés atentan contra el crecimiento. «Hoy la bicicleta financiera es un negocio muy fácil», marcó el analista.
También la consultora Abeceb incrementó sus proyecciones de inflación (subió de 30% a 33% promedio del año) y rebajó las de crecimiento de -0,3% a -0,8%. Para el Estudio Broda, el 2016 terminará con una baja del PBI de 1,5% y proyectan variación del IPC levemente superior al 35%: para el segundo semestre esperan que quede abajo de 1,7% mensual.
A su vez, Ecolatina indicó en su último informe que los precios subirán 36% y que «el elevado costo de financiamiento desincentiva la inversión y el consumo profundizando la contracción económica observada en los primeros meses del año. En este sentido, no es casualidad que la proyección de crecimiento vaya cambiando de castaño a oscuro».