Artículo publicado en el Informativo Semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario Año XXX N° 1.583 del 9 de noviembre de 2012.
Del recomendable libro de Teo Gómez y Pere Romanillos, «El Cambio Climático» (2012), vamos a resumir algunas páginas dedicadas al fenómeno de El Niño y La Niña. El primero es el fenómeno responsable de las mayores lluvias que se han registrado en nuestro país en los últimos meses. El segundo de la falta de agua que se registró en la campaña pasada.
El Niño «recibe ese nombre de los pescadores del puerto de Paíta, al norte de Perú, que veían cómo, algunos años, el agua, normalmente fría de la costa, que les traía una buena pesca de anchoas, se calentaba muy por encima de lo normal en torno a Navidad. Lo que sucedía es que la corriente fría de Humboldt, que sube por la costa Pacífica de América del Sur desde las aguas antárticas, retrocedía ante el avance de otra corriente, más cálida, procedente del otro lado del océano».
El nombre científico del fenómeno es Oscilación del Sur-El Niño o ENSO, en su forma abreviada. En situaciones normales, los vientos alisios, que soplan hacia el ecuador, se inclinan hacia el oeste debido a la rotación de la Tierra y empujan las aguas marinas hacia la parte occidental del Pacífico (Oceanía), donde las aguas tienen una altura superior que en el este, resultado de la deriva oceánica causada por la rotación de la tierra.
«Para que se produzca una oscilación del Sur, estos vientos deben debilitarse, y esto sucede cuando la presión normalmente baja, sube en Oceanía. Una vez que los vientos se debilitan, el agua marina superficial, muy caliente (unos 30° C), tiende a desplazarse hacia zonas más bajas, es decir, hacia el este del Pacífico, donde las aguas suelen ser mucho más frías (unos 22°C). Puesto que las lluvias acompañan a esta masa de agua caliente, a medida que se acerca a las costas americanas, y hace subir las temperaturas (hasta 4-5° C), empieza a llover en zonas habitualmente desérticas, como el desierto de Atacama. Si El Niño es muy intenso, estas lluvias pueden ser torrenciales, y afectan a toda la costa sudamericana e incluso a Uruguay y Argentina. Aumenta el número de huracanes en el Pacífico y disminuye en el Atlántico y el Caribe. En la costa de América Central y América del Norte, hace más frío y el aire es más seco».
Con respecto al fenómeno La Niña dice el mencionado texto: «La Niña es el fenómeno contrario a El Niño. Las bajas presiones se agudizan en Oceanía, donde las lluvias son más intensas de lo normal, el viento alisio se refuerza, empuja con fuerza el agua caliente hacia el oeste del océano Pacífico y, en la zona oriental, emerge el agua fría de las profundidades. Las consecuencias son contrarias a El Niño. Sequías en la costa sur americana y lluvias abundantes en la costa norte, pero también en la costa oriental de Estados Unidos, y mayor número de huracanes en el Atlántico. Los monzones de la India, frenados por El Niño, se incrementan con la Niña».
El Océano Pacífico es el que concentra la mayor cantidad de agua del planeta y es por ello que sus corrientes son determinantes de los fenómenos que hemos mencionado.
¿Qué son las corrientes marinas?
Son desplazamientos masivos de agua. Una de las razones principales para que el agua del mar se ponga en marcha es la llamada circulación ‘termohalina’, que tiende a igualar la temperatura y la salinidad de las aguas oceánicas de todo el globo. «Una gigantesca corriente que da la vuelta a todo el planeta tiene esta causa. Según el lugar que atraviesa, tiene diferentes nombres…Una de las causas principales de las corrientes marinas es la rotación de la Tierra». La rotación de la Tierra en el Ecuador gira a gran velocidad hacia el este a 1.674 kilómetros por hora, velocidad que va disminuyendo cuando nos acercamos a los polos, donde es nula.
En el planeta Tierra hay en los océanos varios giros de las corrientes: el gran giro del Pacífico Norte que se cierra en círculo con la corriente ecuatorial del norte; el gran giro del Pacífico Sur que se cierra con el ecuatorial del sur; el gran giro del Atlántico Norte que se cierra con la corriente ecuatorial del norte; el gran giro del Atlántico Sur que se cierra con la corriente ecuatorial del sur; el gran giro del Índico que se cierra con el Ecuatorial del Sur; la corriente circumpolar antártica y la contracorriente ecuatorial. Y como se dijo más arriba esto da lugar a corrientes que llevan distintos nombres, como las corrientes del Golfo, del Labrador, etc.