A la hora de invertir en los mercados de capitales la primera gran decisión que tiene que tomar el inversor es si colocar su dinero en renta variable o renta fija. En el primer caso estamos hablando de acciones; en el segundo caso estamos hablando de títulos de deuda que pueden ser emitidos tanto por empresas como por gobiernos. Si bien nombraremos las diferencias básicas entre las dos “rentas”, en este artículo nos concentraremos principalmente en desarrollar el caso de los bonos.
Cuando un inversor compra una acción lo que está haciendo es asociándose a la empresa y con ello compartiendo sus resultados en la proporción de su tenencia. Es por eso que si a la empresa le va bien, al inversor le va bien y si a la empresa le va mal, al inversor también. Como además los resultados de la empresa no son conocidos de ante mano se dice que son variables y de ahí surge la denominación de “renta variable”. La particularidad de la acción es entonces que el retorno no es conocido de antemano y depende del desempeño de la empresa, con lo cual el riesgo en este instrumento es mayor que el de un bono. Pero un inversor decide comprar este tipo de instrumentos porque espera que en el largo plazo el retorno total recompense ese riesgo y sea mayor. Por último resta decir que el retorno total se compone de dos partes; por un lado los dividendos que pagan, es decir, la porción de utilidades que reparten al accionista y por el otro la revalorización de la acción.
Por otra parte, si quien invierte busca mayor certeza sobre la rentabilidad de su inversión, lo que puede hacer es comprar un bono, invertir en renta fija. La particularidad de estos instrumentos es que los flujos de fondos, es decir, los montos que va a estar cobrando por su inversión, están perfectamente determinados de antemano. Cuando se compra un bono lo que se está realmente haciendo es prestándole dinero al emisor del mismo. Y los flujos de fondos están predeterminados ya que el emisor debe establecer previamente en qué condiciones va a devolver ese dinero. Por condiciones entendemos, plazo, tasa, lugar, moneda, etc. De esta forma el riesgo más importante que asume el inversor es que la empresa emisora no entre en default. Si le va mejor o peor no es tan importante como en las acciones sino que lo que realmente importa es que no entre en quiebra y deje de honrar sus deudas.
En la primera definición decíamos que los bonos pueden ser emitidos tanto por empresas como por gobiernos. En el primer caso, la deuda empresaria, el instrumento recibe el nombre de Obligaciones Negociables. En el caso de la deuda pública recibe el nombre de Títulos Públicos que pueden ser nacionales o provinciales o en algunos casos si el plazo es muy corto, pueden recibir el nombre de Letras. Esto en general cuando las emite el tesoro del ente gubernamental. Pero independientemente del nombre que reciben el funcionamiento es el mismo en todos los casos, sólo hay que saber leer las condiciones de emisión.
Seguidamente vamos a ver algunas de las condiciones de emisión más comunes que existen. El inversor deberá elegir aquel bono que se ajuste más al flujo de fondos deseado que quiera tener a lo largo del tiempo.
Según la moneda de emisión las condiciones pueden ser:
Emitidos en moneda nacional: Estos bonos pueden comprarse solamente en pesos y todos los pagos que se reciban serán en esa moneda. Ejemplos: Bono Consolidación Serie 7 (PR14); BONAR 2014 (AE14)[1]
Emitidos en dólares: A diferencia del anterior, pueden ser comprados en pesos o en dólares pero todos los pagos que se reciban serán en dólares. Ejemplos: BODEN 2015 (RO15), BONAR X (AA17)
Emitidos dólar-linked: al igual que los emitidos en pesos, estos bonos pueden comprarse solamente en pesos y todos los pagos que se reciban serán en esa moneda. Pero la gran diferencia es que el monto de los flujos de fondos estará atado al tipo de cambio y se actualizarán con la evolución de este. Son una buena herramienta para protegerse de una devaluación. Ejemplo: Letras provinciales Capital Federal (BDC14, BDC24), Obligaciones Negociables Molinos Río de la Plata (OMRP1, OMRP4)
Según el interés que pagan las condiciones pueden ser:
Emitidos a tasa fija: La tasa es fija y conocida de antemano. Puede ser creciente o decreciente pero está perfectamente determinado y no puede haber cambios en la rentabilidad obtenida. Ejemplos: BODEN 2015 (RO15), BONAR X (AA17)
Emitidos a tasa variable: a diferencia de la tasa fija, lo que se conoce de antemano no es el valor sino la tasa que se toma de referencia. Las más usadas son BADLAR para bonos nacionales o LIBOR para bonos internacionales. Ejemplos: Bono Consolidación Serie 7 (PR14), BONAR 2014 (AE14)
Según la actualización de los flujos de fondos las condiciones pueden ser:
Emitidos con ajuste basado en algún índice: Son aquellos bonos que tanto el capital como el interés que pagarán se van actualizando por algún índice. En Argentina son muy comunes los bonos que actualizan por el índice CER. En Estados Unidos existen los denominados TIPS que ajustan por el índice de inflación americano. Ejemplos: BODEN 2014 (RS14), BOGAR 2018 (NF18)
Según la forma de amortización (devolución del capital) las condiciones pueden ser:
Cupón Cero: La particularidad de este tipo de bonos es que no pagan ningún tipo de interés ni amortización parcial, de allí su nombre. Los cupones de interés y de amortización parcial son 0. Al vencimiento solo pagarán el valor nominal del bono. Por lo tanto para que el inversor obtenga una rentabilidad, deberá comprarlo con descuento, es decir, a un valor menor al valor que le será devuelto al vencimiento. Ejemplo: algunas LEBAC que son letras emitidas por el Banco Central de la República Argentina para regular la política monetaria.
Bullet: Estos bonos tienen la particularidad de realizar la devolución del capital en un solo pago en la fecha de vencimiento del bono. Es decir que aquel inversor que lo compre recibirá periódicamente pagos de interés y sólo en la fecha de vencimiento, recibirá la devolución del total del capital. Ejemplos: BODEN 2015 (RO15), BONAR X (AA17)
Amortizaciones parciales: Muchos bonos siguen este formato. La devolución del capital no se hace en una única oportunidad sino que se va haciendo en diferentes momentos que coinciden con los pagos de interés del bono. Pueden o no tener período de gracia. Por ejemplo un bono a 10 años, realiza la amortización en 8 cuotas anuales del 12,5% del capital cada una. Los dos primeros años no hay amortización, ese es el período de gracia. Ejemplos: BODEN 2013 (RA13), BODEN 2014 (RS14)
Hasta aquí hemos descripto las principales condiciones que debe tener en cuenta un inversor a la hora de elegir un bono a su medida en lo que a flujo de fondos refiere. Restará para otra oportunidad, un comentario sobre la forma de calcular el rendimiento de los bonos y cuáles son los factores que pueden alterarlo.
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[1] Lo consignado entre paréntesis indica la sigla de negociación del instrumento en el Mercado de Valores de Buenos Aires.