Recientemente se publicó el balance del BCRA al 30.04.2014 y por supuesto, como todos los meses, lo analizamos para ver con qué datos nos encontramos.
Lo primero que se destaca es que continúa la intención de mantener el dólar “planchado” para utilizarlo como ancla inflacionaria. En los gráficos se observa con facilidad:
No hay ningún movimiento brusco en el TC oficial y en lo que respecta al de equilibrio, volvió a valores inferiores al de febrero. Te recordamos que el TC que nosotros denominamos “de equilibrio” es la división entre la base monetaria (billetes de pesos) y las reservas internacionales en dólares.
Adicionalmente, vas a poder apreciar que agregamos una columna a la derecha, que es el IPCNu, el nuevo índice de precios calculado por el INDEC a partir de enero 2014. Nos va a ser de utilidad para poder comparar la variación de los precios contra la variación del dólar. Por favor, cuando leas los datos del párrafo siguiente, debés tener en cuenta que los datos son oficiales, publicados por el INDEC.
Muy brevemente, en este caso vemos que la inflación si bien, en cifras oficiales se desacelera, es muy alta y erosiona rápidamente los efectos benéficos que puede tener una devaluación. En el primer cuatrimestre del año el tipo de cambio oficial que estaba muy retrasado subió un 23% en enero, lo que otorga competitividad a la economía pero luego se plancho. Sin embargo en ese cuatrimestre la inflación acumulada según el informe del IPCNu, es del 12,00%.
Por lo tanto, esto que genera una sensación de paz cambiaria, parece llevarnos de nuevo a un escenario de retraso cambiario. Y con ello, si bien vuelve una falsa sensación de bienestar, vuelven también una gran cantidad de problemas.
En anteriores oportunidades elogiamos las políticas ortodoxas llevadas adelante por el BCRA, para lograr estabilizar la economía y sobre todo, el tipo de cambio. En este país, somos muy sensibles a las variaciones del dólar sobre todo y la incertidumbre genera los clásicos aumentos “por las dudas” que sumada a la inflación que ya venimos arrastrando, conforman un cóctel explosivo. Digamos que esas políticas se aplicaron con un relativo éxito.
El BCRA sigue enfriando la economía principalmente a través de la tasa de interés y el dólar está calmo, dado que son meses en los cuales la liquidación de soja provee muchos “billetes verdes”. Durante el mes de abril logró después de mucho tiempo subir levemente sus reservas, pero teniendo en cuenta que estos son los meses donde más divisas ingresan, no parece ser un desempeño muy destacado. Creemos que en realidad, el ingreso pudo maquillar la sostenida salida de dólares a la que es sometido incesantemente todos los meses. Sin embargo, esto no es para siempre.
Con el dólar atrasado, lo que logramos es hacernos caros al exterior. Y entonces nos encontramos con que los exportadores ya no pueden vender, las importaciones son baratas, la balanza comercial se acerca al 0 y…todos sabemos el final de la historia.
Además lograr la estabilidad del tipo de cambio a costa del nivel de actividad no es la mejor solución. Debido al enfriamiento de la economía y la necesidad de no perder dólares, en este momento los despidos y suspensiones son muy marcados, principalmente del sector automotriz. Por el impuesto a los autos de lujos que se agregó a fin del año pasado, se paralizó la venta de autos, generando importantes daños a un sector que emplea muchos trabajadores. Detrás de esta medida no está sólo el afán recaudatorio: algunas estimaciones privadas indican que por cada auto, se deben pagar aproximadamente USD 10.000,00 en autopartes. Con lo cual, podemos ver que el Gobierno intenta por todos los medios evitar la salida de dólares.
De a poco estamos llegando al escenario que describimos hacer algunos meses atrás en otros informes. El Gobierno se iba a enfrentar a este dilema en el corto plazo:
* Por un lado, enfriar la economía, que no podía seguir soportando los desajustes tal como estaban.
* Por el otro, un escenario donde los ajustes iban a impactar primero en el dólar, segundo en la actividad, tercero en la ocupación. Y ese es el punto más sensible. Cuando la actividad comienza a perder puestos de trabajo, la situación social se vuelve más compleja y difícil de sobrellevar. Podés leer nuestro artículo “En el 2014, en serio el problema es la inflación”
Por otra parte, la inflación, si bien según cifras oficiales se desacelera, sigue siendo muy alta. Incluso esa desaceleración es engañosa ya que estacionalmente marzo y abril son meses de menos inflación que enero y febrero. Que la inflación en un cuatrimestre sea del 12,00% indica que no está controlada ni mucho menos. Creemos que si las condiciones del empleo preocupan al Gobierno, esto va a provocar un “susto” y más temprano que tarde habrá una nueva devaluación.
Pero lamentablemente si ésta no se hace con un plan antiinflacionario detrás, la misma sin duda complicará un poco más el tema de la inflación institucionalizando la ya clásica carrera entre dólar e inflación. Y a eso tenemos que sumar justamente, el deprimido escenario laboral.
Para los próximos meses entendemos que no va a quedar otra alternativa que aumentar el tipo de cambio para ir corrigiendo, mínimamente, por el nivel de precios. Volver a caer en la trampa del retraso cambiario ya no tiene los mismos “beneficios” ni es sostenible dado que el BCRA no cuenta con la espalda suficiente para sostenerlo.
Anexo
Acá te dejamos el informe del IPCNu del 04.2014 para que puedas revisar los datos publicados