El Banco Central Europeo (BCE) introdujo el pasado jueves un paquete de medidas a fin de impulsar la economía de la Eurozona y escaparle al fantasma de la deflación. Crecimiento e inflación son las dos metas que persigue el BCE en un entorno de recuperación de la crisis pero que aún dista de ser un problema resuelto.
Tal como esperaba el mercado, el BCE anunció medidas expansivas el pasado jueves, una decisión esperada hace tiempo por los analistas y que fue demorada hasta el máximo posible. Sin embargo, lo que no estaba descontado en los precios es que sacara a relucir toda su artillería de una sola vez. El paquete de medidas puede resumirse en cinco puntos, a saber:
1. Reducción de las tasas de interés del 0,25% al 0,15% (nuevo mínimo histórico).
2. Introducción de tasas negativas en las facilidades de depósitos, al -0,10%. En vez de pagarle a los bancos por guardar el dinero, a partir de ahora el BCE les cobrará. Esto generará mayores incentivos para que los bancos hagan llegar su dinero a la economía real.
3. Nuevo préstamo a la banca a 4 años por 400.000 millones de euros y al 0,25%. Esta herramienta ya había sido utilizada a finales de 2012 y principios de 2013. A diferencia de las veces anteriores, el préstamo estará condicionado a que el dinero llegue efectivamente a créditos y no podrá financiar al Estado y a hipotecas.
4. Inyección de 165.000 millones de euros mediante compras de bonos, una práctica que la FED está reduciendo en Estados Unidos.
5. Compra de activos asegurados con deuda empresarial, medida también similar a la realizada por Estados Unidos, aunque de menor monto.
Este paquete de medidas intentará generar inflación e impulsar el crecimiento de la Eurozona en los próximos años. El último dato de inflación la sitúa en 0,5%, muy lejos del 2% fijado como objetivo por el BCE. El crecimiento, por su parte, fue de un tímido 0,2% en el primer trimestre (gracias a Alemania, que creció 0,8% y representa más del 30% de la economía de la Eurozona). Según Mario Draghi, el BCE estima una inflación del 0,7% y un crecimiento del 1% para 2014, estimaciones que han sido ya recortadas en numerosas ocasiones y que ahora parecen más accesibles.
Los mercados de renta variable fueron los que recibieron con mayor entusiasmo estas medidas. En la rueda de jueves el Eurostoxx 50 trepó 0,77%. Además las principales bolsas europeas se revalorizaron hasta marcar niveles que hace rato no se veían: Milán cotizó a niveles de mayo de 2011, París a niveles de junio de 2008 y España a niveles de febrero de 2011, superando nuevamente los 11.000 puntos.
El escenario europeo es complejo: temores a deflación, bajo crecimiento, pocos créditos de la banca y un euro fuerte que daña las exportaciones. El BCE ha tomado cartas en el asunto con una política monetaria muy laxa que se suma a la del Banco de Japón y Banco de Inglaterra, en tiempos donde la FED se encuentra en dirección opuesta. Una buena decisión, aunque tardó en llegar.
El autor es Lic. en Ciencias Empresariales y tiene un Master en Banca y Regulación Financiera. Actualmente se desempeña como Analista de bolsa en TSA Bursátil, una empresa del Grupo Transatlántica