Durante la semana, nuevamente la firmeza del dólar y la amplitud de la oferta volvieron a presionar los precios de los principales commodities agrícolas, los futuros en chicago para la posición marzo de soja cerró en 357,43 U$S/tn .
En el mercado local, la variación fue atenuada ante señales de que la demanda de importadores se estaba inclinando por la oleaginosa de los productores claves de Sudamérica, como Argentina y Brasil. Los precios en la plaza Rosarina finalizaron en $2380.
Ahora bien, para determinar si los precios de la oleaginosa tienen potencial de recuperarse, debemos en primer lugar recordar cuales fueron los factores que afectaron al precio d durante las últimas campañas.
Veamos un gráfico del precio de la soja en Chicago de los últimos 5 años:
Los precios actuales de la soja no se observaban desde mediados del 2010. A partir de ahí los precios comenzaron a subir, impulsados principalmente por la debilidad del dólar (producto de los estímulos de la FED sobre la economía estadounidense) que hicieron “más barata” la soja de ese país y por lo tanto impulsaba las compras externas. Por otro lado, la demanda mundial se reactivaba, principalmente de la mano de China y de la producción de biocombustibles.
Estos mayores precios reestructuraron el mapa de siembra a nivel global y los niveles de producción de la oleaginosa se incrementaron significativamente. Consecuencia lógica, nuevamente una depresión de precios, con la siembra ya definida en Estados Unidos, en el último trimestre de 2011 llegando a un piso de 404 U$S/tn.
El rebote de precios llegó tras la sequía extrema, tanto durante la época critica de desarrollo de los cultivos Sudamérica y luego en Estados Unidos que destruyó los niveles previstos de oferta a nivel mundial con niveles de relación existencias-uso del 14% (extremadamente bajo). Con el final de esa desastrosa campaña en términos productivos, se dio vuelta la página y con precios que rondaban los 650 U$S/tn. los niveles de oferta comenzaron a recuperarse y, consecuentemente, comenzó a gestarse una tendencia bajista de precio.
A principios del año pasado, nuevamente una ajustada disponibilidad de mercadería en el mercado estadounidense frente a un panorama productivo aún incierto en Sudamérica volvieron a colocar los precios negociados en el mercado de Chicago por encima de los u$s 500/ton., situación que llevó a que los principales países productores, y principalmente Estados Unidos, apostaran a la soja. Los niveles de oferta explotaron (favorecidos también por excelentes condiciones climátics); esto, sumado a otros factores como la caída del precio del crudo y el fortalecimiento del dólar arrastró al commodity a registrar valores actuales, que como ya comentamos, no se veían desde hace 5 años.
¿Que permitiría una recuperación de la oleaginosa?
Si esperamos una recuperación por el lado de la demanda, nos topamos con dos realidades poco alentadoras:
Desaceleración de crecimiento Chino: China fue la responsable en repetidas oportunidades de impulsar el precio de la soja gracias a su incremento en la demanda. Sin embargo, el crecimiento de la economía china ha sido el más bajo en 24 años, registrando un guarismo del 7,4%. Sin embargo, si bien todavía resulta un crecimiento atractivo, el FMI estimó que en el 2015 y 2016 se expandirá un 6,8% y un 6,3% respectivamente.
Bajas perspectiva de recuperación del crudo a corto plazo: Las perspectivas de una recuperación de la demanda para la producción de biocombustibles resulta incierta a estos niveles de precio. El crudo (futuro marzo WTI) se consolida por debajo de los 50 dólares el barril, alcanzando nuevos mínimos durante la semana de 45,8 dólares el barril.
Por el lado de la oferta, los principales exportadores de soja son Estados Unidos (37%), Brasil (47%) y Argentina (10%).
En cuanto Argentina y Brasil han finalizado la etapa de siembra con muy buenas, en general, condiciones climáticas. En Brasil ya está comenzando el periodo de llenado de vainas y en breve (especialmente en febrero) ocurrirá en Argentina. A este período deberemos prestar especial atención ya que es el que registra mayor volatilidad y vulnerabilidad al factor climático (lo vimos claramente en el 2012) al ser cuando se define en mayor medida los rindes de los cultivos. Es por eso, que la falta de lluvias en la región centro oeste, principalmente en el estado de Gioas de Brasil, es un factor que ya comenzó a sostener los precios, y de extenderse la falta de precipitaciones, tiene potencial para generar movimientos alcistas de precios.
En Estados Unidos se ha completado prácticamente una cosecha récord y sólo restaría esperar a que se defina la nueva campaña a principios de mayo. Un informe de la revista Farm Future sostuvo que la intención de siembra de soja para la campaña 2015/2016 será un 5% mayor a la registrada en el ciclo anterior ya que cubrirá 35,76 millones de hectáreas.
Habrá que estar atentos entonces a partir de abril que ocurre con la siembra real. De confirmarse podría haber otro movimiento fuerte a la baja. Sin embargo, tampoco suena descabellado pensar una modificación en las estimaciones actuales a partir de una migración de los productores desde soja a maíz, siendo que este últimos está presentando precios relativos más atractivos.