Si sos de los que mensualmente ves un importante descuento en tu recibo de sueldo seguramente me estás odiando en este momento, pero no lo hagas. En unas líneas voy a intentar explicarte que el impuesto a las ganancias es el impuesto más justo que hay por su carácter progresivo. Sin embargo, en Argentina, está tan mal diseñado que lejos de ser un impuesto justo es un mamarracho que afecta cada vez más duramente el bolsillo de los contribuyentes.
Espíritu de los impuestos
Podemos sencillamente definir impuestos como “dinero que cobra el fisco de un país” para financiar sus gastos. Un gobierno puede decir cobrar impuestos sobre el patrimonio (bienes que posean las personas o empresas; Ganancia mínima presunta y Bienes personales), transferencia de patrimonio (impuesto a la herencia), al consumo (IVA e Ingresos Brutos) y sobre las Ganancias (ganancias obtenidas por las personas).
A la hora de establecer impuestos lo que debería tenerse siempre presente es la capacidad contributiva. Esto es, deberían pagar más aquellas personas que más tienen. Cuando esto ocurre, se dice que el impuesto es progresivo. Cuando no ocurre, o sea, cuando pagan más los que menos tienen decimos que el impuesto es regresivo. El impuesto a las ganancias es el típico caso de un impuesto progresivo, ya que cuanto más dinero gana una persona más dinero debe pagar. El IVA e Ingresos brutos son claros ejemplos de impuestos regresivos. Para ejemplificar esto pensemos que por un litro de leche paga el mismo IVA una persona con un patrimonio de $10.000 que una de $1 millón.
Es por esto que comencé diciendo que en teoría el impuesto a las ganancias es el más correcto. De hecho, los países desarrollados suelen elegir basar su estructura recaudatoria en el impuesto a las ganancias mientras que las economías emergentes lo hacen sobre impuestos al consumo. Este fue el caso claramente de Argentina que basa su recaudación en el IVA que tiene una alícuota de 21% muy superior a países desarrollados, pero que en los últimos años ha desvirtuado completamente el impuesto a las ganancias exclusivamente con fines recaudatorios.
El impuesto a las ganancias en la teoría
Como ya te dijimos el impuesto a las ganancias busca grabar las GANANCIAS NETAS de una persona en el período de un año. Aquí encontramos la primera dificultad: definir qué se entiende por ganancias netas. Dado que cada persona tiene hábitos de consumo diferentes, los legisladores definieron explícitamente como hacerlo.
Este artículo, no busca explicar la técnica de liquidar ganancias ya que es bastante compleja. Cuenta le leyenda que el mismísimo Albert Einstein dijo que no hay nada tan complicado en el universo como el impuesto a las ganancias….y menos mal que no le tocó vivir en Argentina! Sin embargo nos vamos a detener en algunos aspectos claves para la liquidación de ganancias de un trabajador en relación de dependencia para mostrarte cómo funciona.
La secuencia para ver cuánto debe tributar un trabajador es la siguiente:
Ganancia bruta: es la suma de los sueldos brutos que cobra una persona por su trabajo por todo concepto.
Gastos necesarios para obtener la ganancia bruta: Para el trabajador en relación de dependencia esto son las retenciones de seguridad social (jubilación, Pami, etc) y sindicato que aparecen en su recibo de sueldo.
Ganancia neta: es el saldo que resulta si restamos a la ganancia bruta los gastos necesarios para obtenerla.
Ganancia No Imponible (art. 23): este es el famoso mínimo no imponible (MNI) del que tanto se habla en los diarios. Este monto es un número que el legislador determino que era el mínimo que una persona necesitaba para vivir. Desde el 28/2/2013 este monto está en $90.201 aunque en diciembre de 2014 este monto se elevó para aquellos sueldos menores a $35.000 para dejar fuera del impuesto al segundo aguinaldo a $108.242.
Dentro de la categoría de Ganancia no imponible entran las deducciones por hijo, por esposa, etc. Es por esta razón que a igual sueldo un trabajador soltero tributa más que uno casado con hijos.
Otras deducciones (art. 80): La ley establece explícitamente ciertos gastos que pueden deducirse de la base del impuesto. Entre ellos encontramos los intereses de las hipotecas, el servicio doméstico declarado, los seguros de vida, gastos médicos no cubiertos por obra social, donaciones y no mucho más. Incluso cada uno de estos gastos tiene un tope para su cómputo. Por ejemplo para hipotecas el tope de deducción de intereses es $20.000 al año.
Ganancia neta sujeta a impuesto: es el saldo que resulta si restamos a la ganancia neta la ganancia no Imponible y las deducciones (punto 3 menos 4 menos 5). Sobre este número el trabajador deberá pagar el impuesto en función de la alícuota que le corresponde.
Alícuota: una vez determinada la ganancia sujeta a impuesto resta determinar el impuesto a pagar. Para esto existe una tabla que nos dice en función de la ganancia que tasa debemos pagar. Se trata e un monto fijo y un variable.
Ejemplo
Vamos a tratar de clarificar todo esto. Veamos el caso de una persona que cobró en el año $20.000 por mes de sueldo. Es casado y tiene un hijo.
Por su ganancia neta esta persona le corresponde la alícuota del 27% que va entre $60.000 y $90.000. La fórmula de cálculo es un fijo de $11.100 más el 27% de lo que excede $60.000, o sea, el 27% de $11.254 igual a $3.039.- Esta persona habrá tributado entonces en el año $14.139.- o sea, el 5,4% de su sueldo bruto.
El impuesto a las ganancias en Argentina
Si afirmo que el impuesto a las ganancias es justo, ¿por qué causa tanto rechazo en Argentina en los últimos años? Esto se debe a que la inacción del Gobierno ha provocado serios desajustes. La inflación que hay en nuestro país ha aumentado nominalmente los salarios de los trabajadores aunque, como sucedió en el 2014, el salario real cayó. Es decir, los trabajadores ganan cada vez más aunque con su sueldo compran cada vez menos. Si el Fisco no acompaña aumentando también por inflación los montos utilizados para cobrar este impuesto el resultado es el que tenemos a la vista, se le cobra el impuesto cada vez a más gente aunque ganen menos dinero. Veamos unas comparaciones.
La alícuota que se cobra sobre la ganancia neta no tiene cambios desde la década del 90. Esto implica que el 35% lo pagaba solamente aquellas personas que ganaban más de 120.000 dólares al año. El no actualizarlo implica que el 35% hoy es pagado por aquellas personas que ganan $120.000 al año. Considerando un dólar $9 por simplicidad, vemos que la tabla está desactualizado en 9 veces. Hoy muchos trabajadores de clase media y puestos medios no solo están alcanzados sino que además tributan la alícuota máxima
El MNI en $108.242 medido en dólares representa USD 12.026. Si tomamos como comparación el año 1.998 vemos que el MNI era de USD 22.800.- Con lo cual medido en dólares el Mínimo No Imponible actual representa casi la mitad de lo que fue en la década del 90.
Adicionalmente a esto, otro problema grave que generó el Gobierno fue el solapamiento de escalas. Con el decreto de agosto de 2013 decidió arbitrariamente que quien a agosto de ese año ganara menos de $15.000 quedaría fuera del alcance del impuesto. Hoy no importa si esta persona gana $20.000, $100.000 o $1.000.000, igualmente no está alcanzado. Esto ha generado no pocos problemas en las empresas ya que una persona no alcanzada que logra un ascenso gana más de bolsillo que sus pares con más antigüedad que sí están alcanzados.
Con este desarrollo intentamos explicarte por qué docentes y jubilados que nunca en la historia pagaron impuesto a las ganancias ahora están alcanzados. Me gustaría mucho poder decir que se debe a conquistas sociales y a progresos económicos del país, pero la realidad es que se trata simplemente de la voracidad fiscal de un gobierno que decidió privilegiar la recaudación en lugar de la gente. Y lamentablemente, luego emplea mal esa recaudación.