Al Merval podríamos dividirlo en dos grandes grupos. Petrobras Brasil y Tenaris, empresas internacionales con un peso muy grande en el índice local, cuya cotización en los mercados del exterior depende de variables exógenas a la política nacional. La primera, más que nada de la presentación de sus estados contables, incluyendo la pérdida por corrupción que tanto la ha afectado, y menormente por el precio del petróleo. La segunda, casi exclusivamente del comportamiento del oro negro. Y por otro lado, el resto de las empresas, cuyo riesgo es marcadamente argentino y se mueven muy correlacionadas entre ellas, dependiendo del ánimo político-económico en el país. Las primeras dos dependen del valor del petróleo y la empresa insignia brasilera también de su situación reciente, ya descripta en el artículo anterior. Lo que tienen en común es que, al menos las más importantes, se valúan en dólares y cotizan en pesos en el mercado local a una razón de tantos pesos por dólar, denominada contado con liquidación (CCL), que se encuentra en 11,75. A mi juicio, pensando a un plazo de casi 2 meses, este tiene más para subir que para bajar. Esto me motiva a elegir activos con potencial de suba en dólares que, sumado a un posible despegue del CCL, permita asegurar el éxito del bull spread con cotizaciones en pesos mayores que las actuales.
En mi opinión, siempre es más fácil comprender con ejemplos prácticos, pero unas líneas de introducción y definiciones nunca están de más. El bull spread es una estrategia alcista que, si bien pone un tope a la ganancia a obtener, permite rendimientos elevados aún sin grandes subas del activo subyacente. Puede ser armada tanto con opciones de compra como de venta. En esta ocasión lo haremos con calls, comprando una base y vendiendo la misma cantidad de lotes de una base superior, siempre de la misma acción y a igual vencimiento. La inversión inicial estará dada por la diferencia de precios entre los calls comprados y vendidos. La ganancia máxima se daría en el caso en que el subyacente cotice al vencimiento por lo menos al valor de la base del call vendido, de manera que la diferencia entre ambas bases sea el resultado nominal obtenido. De ahí en más, el subyacente puede seguir subiendo pero el valor de ambos calls subirá en igual número, por lo que el resultado no variará.
El riesgo de esta estrategia es que si no se da la suba esperada de la acción durante la vigencia de las opciones de compra, el valor de estas será nulo al llegar el vencimiento. Por eso es importante determinar el resultado a obtener en cada precio del subyacente si mantenemos la posición hasta esa fecha.
Ahora sí, veamos un ejemplo práctico para que sea más claro:
Al cierre del 22/04 las acciones de Petrobras Brasil cerraron a $49,60, mientras que los calls PBRC50.4JU y PBRC54.4JU lo hicieron a $6,25 y $4,50 respectivamente. Comprando el primero y vendiendo el segundo, armaríamos la estrategia por un costo neto de $1,75. Por definición, si al vencimiento el valor del subyacente es menor a $50,40, el valor de ambos calls sería cero, habiendo perdido el total de lo invertido. En cambio, si cotizara entre $50,40 y $54,40, el call comprado tendría un valor dado por la diferencia entre el precio de la acción y la base del call ($50,40); mientras que el call vendido valdría cero. En caso de que la acción costara más que la base mayor ($54,40), el valor de cada call se calculará restándole a la cotización la base de cada opción de compra. En este caso la diferencia entre los valores de los calls será siempre de $4, lo cual es el objetivo. Si ocurriera, dejaría una ganancia del 128% ($4/$1,75). Para que el resultado sea neutro, el precio de Petrobrás deberá ser igual al valor de la base más baja sumado al costo de la estrategia, o sea $52,15 ($50,40 + $1,75). A continuación un cuadro y gráficos resumiendo la operatoria.
En el último gráfico se observa claramente con la línea azul que en caso de que la acción se mantenga estable o baje, al vencimiento habremos perdido el 100% de lo invertido. La diferencia entre el resultado de la estrategia y el flujo de fondos al vencimiento es el costo de $1,75 pagado al momento de armar el bull spread, el cual es una constante como puede verse en reflejado en el primer gráfico.
Cuanto más altas sean las bases que elegimos para armar la estrategia, mayor será el riesgo de que el subyacente no alcance dichos niveles, y por ende el rendimiento potencial debe ser mayor. Además, se puede realizar un bull spread con opciones de bases no consecutivas. Al haber más distancia entre las opciones compradas y vendidas, el costo inicial será mayor ya que el valor de la vendida tiende a ser bajo en relación a la comprada, pero el intervalo hasta llegar a la ganancia máxima también crece. De esta manera, el tope al beneficio a obtener se pone en un nivel más elevado, permitiendo rendimientos mayores. La contracara de esto es que, ante el mayor costo, el punto de indiferencia en el que se deja de perder se ubica en un punto más elevado. En el cuadro a continuación se analizan diversas alternativas en función a lo señalado.
Si bien aparentan ser alternativas muy rentables y por ende tentadoras, vuelvo a insistir en que de no evolucionar positivamente se podría perder todo lo invertido. Sólo aconsejaría su uso para una proporción de la cartera de inversión y estando seguro de comprender su funcionamiento y riesgos.
Aclaración: Los cálculos se presentan sin tener en cuenta los gastos en comisiones.
Martin es Contador Público y actualmente está comenzando el segundo año de la Maestría en Finanzas en la Universidad Nacional de Rosario.
Actualmente se dedica a la asesoría financiera para empresas y opera como trader independiente.