Sturzenegger eliminó trabas que dificultaban a fondos del exterior cambiar dólares por pesos vía contado con liquidación en los bancos locales, siempre y cuando los pesos se destinen a bonos del Gobierno Nacional. Así, se evita tener que emitir pesos para cubrir el déficit que estima el presupuesto de 2017, y que pasó del 3,3% al 4,2% del PBI
El Banco Central (BCRA) facilitó el acceso de fondos extranjeros al mercado local para que puedan fondear las emisiones de deuda con las que el Tesoro busca cubrir el déficit fiscal que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, estiró de 3,3% a 4,2% del PBI para el año próximo.
La entidad conducida por Federico Sturzenegger permitirá que los bancos se muevan con menos límites a la hora de ingresar fondos vía «contado con liquidación» para ayudar a cubrir la brecha que separa al gasto de los ingresos sin tener que recurrir a la emisión monetaria.
El jueves pasado el BCRA publicó la Comunicación A 6067 que elimina el monto máximo mensual que pueden transar los bancos en el mercado de cambios con el objeto de operar con títulos valores en el caso de que se traten de emisiones del Gobierno Nacional, siempre y cuando sean adquiridos en suscripción primaria y que se realicen los 5 días hábiles posteriores a la fecha de esa emisión primaria.
Para el resto de las operaciones con títulos valores pesa sobre los bancos un tope mensual equivalente al 5% de su patrimonio.
El tecnicismo, explican en el sector, tiene una orientación clara. Los fondos extranjeros que quieren suscribir ?es decir, comprar directamente del Gobierno durante su emisión? bonos en pesos para aprovechar el diferencial de tasas en moneda local entran sus inversiones al país a través de operaciones de «moneda cruzada» (un contado con liquidación inverso).
Esos inversores compran bonos en dólares en el exterior y los cambian por pesos en el mercado local. Así, pagan un dólar más barato (no hay puntas compradoras y vendedoras tan amplias) y se evitan el encaje de 120 días que impone el BCRA para quienes cambian sus dólares por pesos en el mercado cambiario tradicional con el fin de hacer inversiones de cartera. También, en caso de ofertar una tasa demasiado alta y no resultar adjudicados en la licitación de los bonos, no se quedan con pesos que no pueden utilizar.
Así, obtienen moneda local para fondear emisiones de títulos como el Bono del Tesoro Nacional como el que la semana pasada recaudó casi $ 13.500 millones a una tasa fija del 21,2% y plazo al 2018.
El tema es que los fondos extranjeros que invierten al país no hacen las suscripciones ellos mismos, sino que recurren a bancos locales que luego se los revenden. Con un límite del 5% de su patrimonio a las operaciones con moneda cruzada esos bancos pueden tomar órdenes relativamente pequeñas. La modificación de la semana pasada ahora permite a los bancos operar sin límite siempre y cuando se deshagan de esos títulos dentro de los cinco días posteriores a su emisión (es decir, se los revendan a sus clientes externos).
En la presentación del Presupuesto 2017 Prat-Gay movió su meta de déficit para el año próximo del 3,3% del PBI al 4,2%. En el articulado del proyecto de ley, además, se ve que la diferencia entre esas dos previsiones bien distintas de gasto para el año que viene no va a ser cubierta con emisión monetaria: el tope de $ 160.000 millones para las transferencias del BCRA al fisco se mantendrá en el mismo monto nominal (una reducción en términos reales, inflación mediante). Las facilidades de acceso a fondos extranjeros, entonces, garantizan que Sturzenegger no tenga que recurrir de más a «la maquinita».
Lo curioso es que el banquero central ya había limitado las operaciones de esos mismos fondos con las letras Lebac que él emite cada semana. En su momento eliminó la suscripción de Letras dese el exterior para frenar el ingreso de hot money. La diferencia, explican en los bancos, es que a diferencia de la entrada de divisas para aprovechar las tasas a 35 días las emisiones del Tesoro pagan un interés menos, tienen plazos más largos y no tendrían un efecto tan directo de apreciación cambiaria ya que los dólares ingresados quedarían en manos de bancos que no necesariamente volcarían esos dólares al mercado cambiario. Esas entidades vieron crecer 148% el stock de préstamos en moneda extranjera en lo primeros ocho meses del año.