En el Gran Buenos Aires supera el 30% y en el interior está por debajo de 28 por ciento
El Banco Central ha diseñado su política monetaria para el corriente año con un horizonte puesto en reducir la tasa de inflación que alcanzó un pico de 40% en 2016, entre extremos, a un rango de 12 a 17 por ciento.
Sin embargo, los aumentos de precios autorizados por el Gobierno en la franja de regulados, como los combustibles, la medicina prepapaga, cigarrillos, tarifas de los servicios públicos, entre otros, más los factores estacionales, pusieron un freno en el proceso de desaceleración de la suba promedio mensual del índice general de precios al consumidor.
Ese fenómeno no sólo fue percibido por la propia autoridad monetaria, y por eso acumula cuatro semanas sin modificar la tasa de referencia del mercado financiero, sino también por la población en general.
«La inflación esperada a nivel nacional para los próximos doce meses se mantiene en 25% (el mismo valor de diciembre), de acuerdo a la mediana de las respuestas, esto es el número que divide a los 1.200 consultados por Poliarquía para el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, y trepa a poco más de 29% al año, en el promedio general.
Juan José Cruces, director del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT, sostuvo que «las expectativas de inflación aumentan en la Capital Federal y se mantienen para el Gran Buenos Aires y el Interior del país con respecto a diciembre».
El economista y profesor de la UTDT agregó que «las expectativas de inflación, de acuerdo a la mediana, se mantienen para los sectores de ingresos altos y disminuyen para los sectores de ingresos bajos. De acuerdo al promedio, aumentan para los sectores de ingresos altos y caen levemente para los sectores de ingresos bajos».
Aclara el estudio privado que «la percepción de la gente es que la inflación en 2016 fue de 40% según la mediana y 48% conforme al promedio. De esta manera, la mediana aumenta 5 puntos porcentuales respecto del año anterior y el promedio aumenta 7,1 puntos porcentuales».
Diversos economistas profesionales alertan de que el Banco Central encontró un punto de inflexión en la desaceleración de la inflación, por la falta de correspondencia de una política fiscal que acomode el ritmo de aumento nominal del déficit a la tasa esperada de alza de precios.