La semana continúa con el conflicto petrolero en la Patagonia. Las empresas se encuentran enfrentando perspectivas de disminuir la producción, ante la pronunciada caída en el precio del crudo que ha sido provocada, entre otros, por la reincorporación de Irán al mercado mundial. Los sindicatos de trabajadores, por su parte, enfrentan la posibilidad de sufrir despidos inminentes.
En Comodoro Rivadavia, ciudad emblemáticamente petrolera, 3.000 puestos de trabajo estarían en riesgo inmediato. En Neuquén, las empresas buscan fondos del gobierno para suspender tanto como 5.000 petroleros sin tener que realizar despidos. Las compañías que exportan están buscando alguna solución por parte del gobierno nacional, que subsidie el barril de petróleo para igualar el precio que se paga en el mercado interno (de 54 dólares). El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, anunció mientras tanto aumentos en el precio de la electricidad en el mercado mayorista, de los que todavía queda presentarse el cuadro de tarifas, que podrían aumentar hasta 600%.
En los mercados internacionales, la caída del crudo siguió golpeando a varias plazas bursátiles, y la volatilidad de la bolsa de Shanghái, que ha sufrido una caída del casi 20% en el último mes, ha mantenido a Wall St. y Europa expectantes. Por otro lado, después de haber comenzado a escalar las tasas de interés, la Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido frenar el aumento y mantenerlas en 0,25- 0,5 por ciento, indicando que la reactivación en la economía de EEUU es más débil de lo esperado.
En efecto, el crecimiento del PIB en el último trimestre fue de 0,7%, cuando se esperaba un aumento del 0,9%. En cuanto a la política monetaria nacional, el BCRA continuó esterilizando la emisión de dinero de alta potencia, adjudicando en la semana 33.000 millones de pesos en Lebac, lo que renovó el total del vencimiento semanal y retiró 1.600 millones de circulación. Las tasas se mantuvieron altas, por encima de las metas de inflación del Central, en 30,75% para el plazo más corto.
En otro respecto, el Grupo Clarín oficializó la compra del 100% de Nextel a través de Cablevisión el jueves. Esto le permitirá a la empresa ofrecer servicios conjuntos de TV por cable, Internet, telefonía fija y ahora móvil. A partir del Decreto presidencial que dejaría sin efecto la Ley de Medios y disolvería organismos como el AFSCA, el multimedio podrá evitar la adecuación de Cablevisión, incrementar su presencia en el mercado, y obtener una ventaja competitiva sobre otras empresas de telefonía.
Sinceramiento tarifario
No hay dudas de que el tema de la semana fue la publicación de las dos resoluciones por parte del Ministerio de Energía con respecto a las tarifas de electricidad y subsidios. En base a este hecho, como es de costumbre en todas partes pero particularmente en nuestro país, surgieron dos ópticas contrapuestas: la del “sinceramiento de las tarifas” y la del “tarifazo”. En pocas palabras los hechos de la semana son los siguientes:
* La resolución 6/2016 del Ministerio de Energía y Minería publicada en el Boletín Oficial el día miércoles resolvió comenzar a actualizar de manera trimestral (con su primer ajuste a partir del próximo lunes) el precio estacional de potencia y energía, es decir el costo de generación de electricidad demandada a nivel nacional en el mercado mayorista, cuyos valores se encontraban retrasados. Este encarecimiento afectará a los usuarios de todo el país, ya que el aumento deberá ser afrontado por todas las distribuidoras del territorio al momento de comprar la energía en el mercado mayorista. Si bien existe una diferenciación según el horario de la demanda de electricidad, en promedio el nuevo costo de generación de energía eléctrica se ubica en los $770 por Megavatio, es decir $0,77 por kilovatio que es la unidad que figura en las facturas de los hogares. Este costo era, en promedio para usuario de menos de 300 kv mensuales, de $408 por Megavatio ($0,408 por kilovatio) por lo que el aumento que recibirán las generadoras de electricidad está en torno al 88%. De este nuevo costo, en la actualidad los usuarios pagan en promedio $0,081 por kilovatio, es decir un 20% del costo real mientras que el otro 80% recae sobre el Estado vía subsidios económicos. Además del ajuste tarifario del 88%, para aquellos usuarios que no superen los 300 kilovatio/hora al mes (una casa de clase media tipo) los usuarios pasarían a pagar $0,32 por kilovatio, lo que representa un aumento del 235%. De todos modos, respecto al costo real de $0,77 por kilovatio, los usuarios seguirán pagando menos de la mitad y el Estado continuará subsidiándolos al hacerse cargo del 60% de la tarifa total. En pocas palabras: aumenta la tarifa eléctrica, aumenta la porción de ésta que debe ser afrontada por el usuario (del 20 al 42%), y continúan los gastos del Estado en concepto de subsidios eléctricos pero en menor proporción. Lo importante, para analizar la posibilidad de futuros aumentos, es que aun cuando el valor del kilovatio para las demandas pequeñas y medianas (menores a 300 kv mensuales) todavía es menor a la mitad del precio pleno.
* La resolución 7/2016 publicada en el boletín ayer, implica modificaciones exclusivamente para los usuarios de la Ciudad de Buenos Aires y del Área metropolitana (aproximadamente unos 13 millones de personas). La misma resuelve instruir al ENRE para que efectúe un ajuste del valor agregado de distribución (VAD) en los cuadros tarifarios de Edenor y Edesur, las dos distribuidoras que tienen sus tarifas congeladas desde el año 2001. La distribución es el tercer eslabón luego de la generación y el transporte. Las grandes diferencias entre las facturas del interior del país y las de la CABA y AMBA provienen del VAD, ya que Edenor y Edesur han estado bajo un control total por parte del Estado Nacional mientras que las distribuidoras del resto del país han venido haciendo ajustes. De este modo, los clientes de estas dos distribuidoras van a sufrir un ajuste mucho más brusco que los del resto del país, ya que no se limitará solamente a lo dictado por la resolución 6/2016 y por ende no se puede establecer con exactitud aún el aumento de estos clientes. Obviamente que esto no es más que la contracara de años de haberse beneficiados de facturas irreales por un servicio esencial como la electricidad.
Además de estos ajustes generales, se incluyen dos programas: uno de tarifa social, que busca beneficiar a los sectores vulnerables y que tendrán un consumo de 150 kv por hora totalmente gratuito, y otro que busca incentivar el ahorro: para todos aquellos consumidores que logren consumir menos que en el mismo período que el año anterior se les cobrará un precio preferencial. Con respecto al efecto macro-fiscal de las resoluciones, según cálculos de FIEL, el Estado nacional podría ahorrarse unos 2.000 millones de dólares, el equivalente al 0,4% del PBI. Considerando la evolución de otros indicadores de la economía (IPC, dólar, índice de salarios, etc.) es claro que las tarifas de la energía eléctrica están atrasadas, especialmente si se estudian las facturas de Edenor y Edesur que además del atraso en el precio de generación de la energía, tienen los valores de distribución totalmente congelados desde hace 15 años. Desde este punto de vista, las medidas consideradas no son más que un sinceramiento de tarifas e incluso un avance en términos de justicia entre los usuarios de todo el territorio nacional.