El Banco Central no parece estar en su momento más cómodo. Le cuesta en estos días bastante más de lo que preveía absorber el exceso de pesos que dejó diciembre, encontrar margen para bajar su tasa de referencia y disminuir la inflación actual y la esperada. En estas semanas, la emisión de dinero saltó por encima del 30% anual (el mayor ritmo en casi un año) y Federico Sturzenegger ya se vio forzado a pagar un mejor retorno a los bancos para que coloquen sus pesos en «pases pasivos».
La presión persiste, tal como temía el mercado, por los $100.000 millones que se expandieron sólo en diciembre. La intención del Central fue, desde principio de mes, retirar estos pesos excedentes a través de los «pases» y prescindir un poco más de las letras de deuda (las Lebac). Hasta ahora pudo hacerlo, pero sólo parcialmente.
En lo que va de 2017, la cantidad de dinero en la economía (la «base monetaria») se redujo apenas $17.000 millones y su crecimiento se disparó al 35% anual. La expansión del efectivo en poder del público y en cuentas a la vista (el «M2 privado») saltó, desde fin de octubre hasta hoy, del 19,5% al 30,8%, su mayor registro desde el 17 de enero de 2016.
Sobre estos números que preocupan a algunos economistas hay, con todo, algunos atenuantes. Por un lado, el repunte en la actividad y la demanda de dinero (la necesidad de pesos de empresas y particulares) que se vieron en los últimos meses ayudan a que el aumento de la liquidez no se traslade a precios. Por el otro lado, la mayor oferta de dólares por el blanqueo y las colocaciones de deuda (y, por lo tanto, las menores expectativas de devaluación) evita que este excedente de pesos tenga efectos sobre el tipo de cambio.
El Central reconoció este miércoles que la tarea de absorción no está terminada. Para eso deberá hacer más «tentadora» la tasa de pases pasivos a 7 días, de manera que los bancos empiecen a colocar el sobrante de liquidez en esos instrumentos. Hace dos semanas, por caso, decidió levantarla levemente, del 23,75% al 24% anual (al achicar el llamado «corredor de pases»). Así y todo, su nivel efectivo es aún más bajo (22,5%) porque los pases están afectados por el impuesto a los ingresos brutos. El rendimiento es todavía menos atractivo que el de las Lebac, que dejan un 23,20% a 49 días.
En el mercado prevén que es probable que, en las próximas semanas, Sturzenegger se vea obligado a subir en otro cuarto de punto la tasa de pases pasivos (al 24,25%) si quiere evitar efectos indeseados en la economía por aquellos pesos que no tienen destino en la actividad. Esta semana, puntualmente, los pases no sirvieron para absorber: el stock cayó en $25.000 millones. Y dejaron en evidencia el poco margen que hay, por ahora, para bajar las tasas.
Fuente: http://www.ambito.com/870824-verano-dificil-la-emision-salto-a-30-y-las-tasas-no-bajan