Quienes se anticiparon al ingreso de los Bontes en pesos en el índice, un dato que se conoció en octubre, ya tuvieron ganancias de hasta 49% en pesos y 37% en dólares
La inclusión de los Bonos del Tesoro (Bontes) en pesos a tasa fija en el índice GBI de JPMorgan se concretó a fin de febrero pero empezó a rumorearse en el mercado en octubre pasado. Los inversores que compraron con el rumor, ya percibieron una rentabilidad importante que, anualizada, osciló entre 32 y 49% en pesos y entre 21 y 37% en dólares.
«Desde fines de octubre, se verificó una notable compresión de rendimientos en toda la curva, fenómeno que se profundizó en los títulos más largos. En el caso del bono a 10 años, el TO26, el retroceso de la TIR representó una ganancia de capital de 14,8% en pesos. Como el tipo de cambio se deslizó solamente 2,9% en el período analizado, la rentabilidad bruta en dólares (sin cobertura) fue de 11,6%», explicó el economista Nery Persichini, de Inversor Global.
Se trata de los títulos en moneda local con tasa fija que vencen en 2021, 2023 y 2026 (a los que se suman dos Bontes a 2018), y cuya curva de rendimientos está invertida. En particular, los especialistas recomiendan los de mediano plazo, es decir, aquellos que expiran a partir de 2021. Además, esos bonos fueron incluidos a fin de febrero en el índice GBI de JPMorgan y despertaron un fuerte interés en los inversores del exterior.
La inclusión de estos títulos en el índice GBI disparó la demanda y acentuó la ya poca liquidez que tenían en el mercado secundario, que tampoco fue solucionada con la reapertura de las emisiones que el Gobierno hizo en febrero. Pablo Santiago, Head of Research de Banco Mariva, comentó el motivo: «Estos bonos se vendieron mucho en el exterior, con fondos que siguen el índice GBI de JP Morgan para armar sus carteras. Como son fondos que mueven mucho dinero, la oferta crea su propia demanda.Como consecuencia, la oferta crea su demanda y tienen poca liquidez».
A pesar de eso, si el Banco Central logra cumplir con su meta de inflación de 12 y 17% para este año, los Bontes en pesos a tasa fija serán una opción interesante. «Para aquel que espera que la inflación en los próximos años baje violentamente, son la mejor alternativa porque va a tener una tasa real positiva, sobre todo si no hay ruido cambiario», comentó Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal. Y añadió: «Son interesantes frente a otras alternativas en pesos, como los bonos que ajustan por CER o Badlar. Si las tasas bajan acompañando a la inflación, la Badlar no parece ser una gran alternativa. Lo mismo pasa con los bonos con CER: si disminuye la inflación, su rendimiento sería menor al ofrecido por los bonos de tasa fija».
En Banco Mariva, ofrecieron otro diagnóstico: «Si consideremos que Argentina va a bajar la inflación, creemos que son más atractivos los bonos en dólares que en pesos a tasa fija porque esperamos que el tipo de cambio real se devalúe, por lo cual, el retorno total va a ser mayor si estamos invertidos en dólares», dijo Pablo Santiago.
Por su parte, Nery Persichini, manifestó: «Es innegable el atractivo de los bonos en pesos a tasa fija. Las ganancias de capital registradas en los últimos meses son una muestra su potencial tanto en pesos como en dólares». Al mismo tiempo, el economista de Inversor Global advirtió que existen tres factores que pueden influir negativamente en estos títulos. «En primer lugar, al ser una inversión de mercado de frontera, estos instrumentos están supeditados a los cambios de humor en los mercados internacionales. La segunda amenaza para estos títulos radica en que la inflación no descienda como lo propuso el Banco Central. El último riesgo es de naturaleza cambiaria: alteraciones en las condiciones comerciales financieras de la balanza de pago, o un rebrote de incertidumbre política pueden motivar un salto inesperado en el valor del dólar que lo haga mover a un ritmo mayor que la inflación».