Lo especialistas juzgan que la Reserva Federal de los Estados Unidos pecó de demasiado cautelosa en los últimos años. Este miércoles hay reunión del comité de política monetaria y se descuenta que habrá una leve suba.
Para el mercado, la Reserva Federal de los Estados Unidos se pasó de cautelosa a la hora de subir la tasa. En base a una estimación técnica de cuál debería ser el nivel de tasas, la referencia de la autoridad monetaria norteamericana debería estar en 3,81% en lugar del 0,50-0,75% en el que está ahora. Este miércoles, la titular de la Fed Janet Yellen decidiría la segunda suba de tasas desde el fin de la crisis subprime, pero aún así quedaría lejos del nivel considerado ideal.
La forma que tiene el mercado para saber si la Reserva Federal se encuentra (o no) retrasada en el proceso de suba de tasas, es comparar el actual nivel de tipos de interés con el nivel de tasas hipotético establecido por la Regla de Taylor (Taylor Rule).
Esta aproximación indica en la actualidad que la Fed efectivamente se encuentra retrasada a la hora de elevar el costo del dinero y estaría sugiriendo que, tomando el nivel de empleo actual del 4,7% (considerado pleno empleo) y la inflación del último año (que se acerca a los objetivos del 2% de la Fed), la tasa de referencia debería estar ubicada en niveles de 3,81% mientras que la Fed rate se ubica dentro del rango de 0,50-0,75%.
En otras palabras, la Fed se ubica 300 puntos básicos debajo de donde debería cotizar según las estimaciones alcanzadas por la Regla de Taylor, entendiendo que y que Yellen efectivamente se encuentra detrás de la curva.
Esta crítica de los analistas del mercado hacia la Fed ha obligado a Yellen a pronunciarse dos veces en el último mes en contra de las críticas y a favor de las políticas llevadas a cabo por la Reserva Federal al sostener que la institución no se encuentra detrás de la curva.
La regla de Taylor es una guía que permite saber si la Reserva Federal debería o no alterar las tasas de interés en respuesta a cambios en las condiciones económicas. Introducida por el economista John Taylor, fue establecida para ajustar y establecer tasas prudentes para la estabilización a corto plazo de la economía, manteniendo al mismo tiempo un crecimiento a largo plazo.
La regla se basa en tres factores: 1) Niveles de inflación objetivo versus real; 2) Niveles de pleno empleo versus niveles reales de empleo; y 3) El tipo de interés a corto plazo adecuadamente compatible con el pleno empleo. En definitiva, la regla de Taylor es, en esencia, un modelo de predicción utilizado para determinar en qué niveles deberían estar los tipos de interés según se produzcan los cambios en la economía. Permite inferir si la Reserva Federal debería o no aumentar.
De persistir las críticas y la presión de la Fed para continuar con su política de suba de tasas y/o de que la brecha entre la Taylor Rule y la Fed rate se amplíen en los próximos meses, probablemente se eleve el riesgo que la Fed efectivamente intente acercarse más rápidamente a lo estipulado por el mercado. En el caso en que los datos económicos continúen siendo sólidos y que las políticas fiscales expansivas de Trump orienten a un sobrecalentamiento de la economía, la presión alcista de tasas continuara y será cada vez más notorio en los discurso de los miembros del Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC). Este es un llamado de atención para el mercado de bonos del mundo en general y de emergentes en particular, incluyendo desde ya a los bonos argentinos.
El discurso de Yellen semanas atrás y luego los datos de empleo sólidos del viernes pasado llevaron a que las posibilidades de suba de tasas en la reunión de esta semana se ubiquen en torno al 98%. Esta sería la tercera vez que la Fed sube la tasas desde la crisis desatada en 2008 que llevo a que la Reserva Federal lleve a los tipos de interés a niveles de 0%.
En el pasado la Fed ha decidido no elevar el costo del dinero por turbulencias en el mercado financiero, por las elecciones presidenciales en EE.UU. o simplemente por falta de datos económicos que a criterio de los miembros del FOMC no sustentaban la necesidad de hacer una nueva suba de tasas.
El hecho de que Wall Street se mantenga en máximos le allana el camino a Yellen para tomar con mayor tranquilidad la decisión de suba de tasas aunque la de esta semana sea una mas dentro de un proceso que suele llevar entre 2 y 5 años.
Mirando a largo plazo, no subir las tasas de interés lo suficientemente rápido dejaría a la Fed sin una herramienta para combatir cualquier burbuja en el mercado financiero o crisis económica aunque tampoco puede esperar que la tasa se eleve de forma muy acelerada ya que generaría importantes problemas en la deuda emitida a nivel mundial, principalmente para los emergentes.
Pero por otro lado, dejar la tasa en niveles mínimos por mucho ms tiempo sería un factor que permitiría generar burbujas en algún mercado y ello es un riesgo que la Fed probablemente no esté dispuesta a asumir.