Mediante las Letes se accede a una cotización de $ 15,60, contra $ 16 en algunos bancos líderes. Además rinde 3,4%, exenta de ganancias y bienes personales
El dólar no sale lo mismo en cualquier banco. Mientras en el Santander y en el ICBC lo vendían ayer a $ 16, el Itaú a $ 15,95 y Galicia a $ 15,90, desde mañana y hasta pasado se puede conseguir a $ 15,60 y, además generar un interés de hasta 3,4% anual, que es exento del pago de ganancias y bienes personales.
Desde $ 15.600 (equivalente a u$s 1000) se puede suscribir a una Lete, que son Letras del Tesoro en dólares, que licita el Ministerio de Finanzas. Claro que antes de invertir conviene preguntar por las comisiones que cobra el banco o, en su defecto, averiguar en una sociedad de bolsa, para comparar los costos.
El blanqueo masivo está provocando que cada vez más inversores decidan invertir en bonos del Gobierno por las exenciones de impuestos que brindan, tanto de ganancias en sus dos versiones (ingresos y ganancias de capital), como de bienes personales.
Las tasas que pagan las Letes son muy tentadoras cuando se comparan con las tasas que se pagan en el exterior. Para comparar de igual a igual la tasa que paga la Lete con cualquier otra emisión del extranjero, primero hay que calcular su tasa tributaria equivalente: se debe hacer el grossing up del impuesto a las ganancias a la tasa marginal (35%) y a este resultado sumarle la alícuota de bienes personales para el año 2017, que es del 0,50%.
Una Lete que paga el 3% anual sería equivalente a un bono de afuera que pague el 5,11% [(3%/0,65)+0,50]; sin embargo, esta tasa no la paga ni siquiera un bono calificación BBB a 20 años de plazo. De ahí que los residentes argentinos empiezan a volcarse masivamente por este instrumento de cortísimo plazo, advierte Mariano Sardáns, CEO de FDI.
El sistema de adhesión a las emisiones quincenales de Letes permite que todos puedan invertir. El Gobierno es quien fija la tasa y los inversores la convalidan adhiriéndose. Como en cada emisión hay cada vez más inversores ofertando más dólares, el gobierno empezó a ofrecer menos tasa a partir del 16 de febrero último. El mercado le respondió ofreciendo más dólares y más inversores que se suman en cada emisión.
Al permitir que todos puedan invertir, en cada una de las emisiones siguientes el prorrateo continuó disminuyendo.
A medida que el gobierno continúe pagando menos tasa y rechazando una mayor cantidad de dólares en cada emisión de Letes, los inversores podrían verse tentados a colocar este dinero en los bonos en dólares que cotizan en el mercado. Teniendo en cuenta que todos los bonos con código AAXX a partir del AA19 requieren compras mínimas de láminas por u$s150.000, seguro que se empezará primero con una gran demanda de los bonos que pueden comprarse de forma minorista, empezando con el Bonar 2020 (AO20); luego del Bonar 2022 (A2E2) y así sucesivamente con el Bonar 2024 (AY24), el Bonar 2027 (A2E7) y el Discount 2033 (DICA/DICY) y así bajando toda la curva de los bonos en dólares. O sea, la tasa a la cual se financia el gobierno nacional.
Al estar a días de que se liberen los más de u$s 7.000 millones que se blanquearon en efectivo, se puede intuir que la gran demanda estaría por venir y así el inicio de la caída de tasas de financiación del Gobierno.