Todos acuerdan que el autoabastecimiento no llegará antes de la entrada de 2022. El impacto de los no convencionales y las nuevas tecnologías, un tema estratégico para el desarrollo económico del país.
El incremento sostenido del déficit energético en Argentina en los últimos cinco años puso de nuevo a la matriz de abastecimiento en la agenda pública, ya que no sólo erosiona el saldo positivo de la balanza comercial y afecta las cuentas fiscales nacionales sino que toca un tema estratégico para el desarrollo de la actividad económica del país. Todos los actores públicos y privados coinciden en que Argentina tiene chances de recomponer niveles de producción y reservas de combustibles fósiles. También de aprovechar las ventajas naturales para evolucionar hacia el desarrollo de energías alternativas que colaboren en la vuelta al autobastecimiento perdido no antes de iniciada la próxima década. Pero a partir de este punto, las opiniones dentro de la cadena petrolera y del gas se bifurcan sobre las perspectivas de concreción y modelos a seguir.
Todos estos interrogantes y diferentes puntos de vistas estuvieron presentes en el 5º Congreso de Producción y Desarrollo de Reservas de Hidrocarburos, que se realizó la semana pasada en Rosario —por primera vez fuera de un distrito petrolero—, que organiza cada tres años el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (Iapg).
Según cálculos de especialistas y ejecutivos del sector privado, las importaciones energéticas se elevarían a un rango de entre 12 ó 15 mil millones de dólares este año (9.500 millones en 2012). Representarían más de un cuarto de las reservas actuales del Banco Central (BCRA).
Esto se debe, explicaron desde el sector, a un retroceso superior al 7 por ciento en la producción de petróleo en el último lustro —contra un aumento superior al 20 por ciento de la demanda— y a una caída por encima del 20 por ciento de la producción de gas, que también mostró un alza del consumo, sostenido por un generoso esquema de subsidios.
Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), Argentina pasó de producir 801.000 barriles diarios de petróleo en 2008 a 739 mil el año pasado. En tanto, el consumo pasó de 582 mil a 710 mil barrilles diarios durante los últimos cinco años.
El fuerte crecimiento de la demanda se explica, entre otros factores, por el aumento sostenido del parque automotor —pese a introducir modelos con consumos más eficientes— y por el incremento de la actividad económica en general desde 2004, con cifras más moderadas en 2009 y 2012.
El saldo negativo entre oferta y demanda provocó una disminución de los stocks de reservas en la última década, los de petróleo bajaron 14 por ciento y los de gas 56 por ciento, aún con las crecientes cuotas de importación de gas desde Bolivia (hoy 20 millones de BTU diarios) y vía marítima de GNL. Por lo que el saldo comercial energético pasó de un superávit de 6.000 millones en 2007 a un déficit del orden de los 2.700 millones de dólares en los dos últimos años.
Las señales del primer tercio del año muestran que crece la tendencia del déficit energético: las importaciones aumentaron 43 por ciento de forma interanual. Los ejecutivos, especialistas y funcionarios que participaron del congreso del IAPG coindicieron que la brecha entre oferta y demanda se continuará ensanchando los próximos años.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner apuesta a revertir la curva de importaciones en 2015. Sin embargo, diferentes actores de la cadena petrolera estimaron que la Argentina tardará algunos años más antes de lograr esa reversión y volver al autoabastecimiento. Los más optimistas —entre ellos el gobierno— ubicaron esa frontera en el 2022/2023, otros movieron la raya una década más (2030).
El consultor de la evaluadora de reservorios Ryder Scott, Herman Acuña opinó en una mesa redonda del congreso, tras comparar modelos de desarrollo de combustible no convencional en EEUU y en China, que existen condiciones generales para que la Argentina arribe a una situación de abastecimiento en unos 15 a 20 años.
Dentro de la industria aparecen opiniones divididas sobre las señales que está dando el gobierno nacional para salir del rojo energético. Entre estas señales figuran los nuevos acuerdos en los que el concesionario del pozo de gas cobrará más si cumple con determinadas condiciones de incremento de producción. Pasan a cobrar 7,5 dólares por millón de BTU en lugar de los menos tres que venían recibiendo. También señalaron como positiva la ley de blanqueo y el bono para el sector.
Pero fundamentalmente, el apoyo del gobierno nacional al desarrollo del gas no convencional en Vaca Muerta volvió a posar los ojos de las del sector sobre la Argentina —pese a que afuera juzgan como negativa la nacionalización en 2012 de YPF—, dada la explosión de este negocio en EEUU en los últimos años.
Este yacimiento petrolero, descubierto en diciembre de 2010 en Neuquén, despertó el interés de los todos los jugadores del sector, ya que podría contener crudo para 500 años. Medido en barriles de petroleo, YPF estimó el hallazgo en 22.000 millones.
Desde el sector privado señalaron que el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta dependerá de cuánto pueda avanzar el gobierno nacional, no sólo en la construcción del modelo de negocio sino en el acceso a las importantes inversiones y nuevas tecnologías que requiere este combustible para su extracción.
También deberá afrontar desafíos medioambientales, ya que estas tecnologías son cuestionadas y hasta prohibidas en diversas parte del mundo (por ejemplo en Francia), incluso dentro de Estados Unidos (Vermont), que hoy es la punta de lanza en este negocio. Las críticas apuntan a la metodología de la fractura hidráulica, "causante de contaminación de aguas y la probable activación de fallas geológicas que originan movimientos sísmicos", señalan los ambientalistas.
De todos modos, los especialistas que disertaron durante el congreso del Iapg consideraron que Argentina recién está en los inicios de la fase exploratoria del negocio de los hidrocarburos no convencionales y que, si se suma el período de desarrollo, será para dentro de una década cuando se podrían ver los aportes de estos combustibles en la matriz energética del país. Ese es el lapso que le llevó a EEUU explorar y desarrollar el negocio. Recién en estos últimos tiempos ganó en volumen.
El salto del barril de petróleo a partir de 2011, en medio de la Primavera Arabe y el tsunami en Japón —que desactivó sus plantas de energía nuclear—, a una franja de los 90 dólares, tornó más viable y rentable el negocio de los no convencionales, que son más costosos de desarrollar, explicaron diversas fuentes del consultadas por LaCapital.
Las dudas que plantean algunos jugadores están referidas al plazo de la concesiones y a la remisión de utilidades. Y al sostenimiento en el tiempo de las reglas de juego. También si el CEO de YPF, Miguel Galuccio, podrá llevar adelante sus planes para la compañía.
A pesar de las demandas sectoriales, ejecutivos y analistas de la industria petrolera reconocieron que frente a unas perspectivas de una demanda creciente de energía en las próximas décadas, la mayoría de los actores apostarán fichas al negocio de los combustibles fósiles en el país.
En este contexto, el gobierno nacional, junto con la intención de reactivar la exploración y producción de hidrocarburos pretende, a su vez, agregar valor mediante la sustitución de importaciones de bienes de capital, piezas y servicios. De allí que la realización del congreso de producción y desarrollo de hidrocarburos en Rosario ganara en sentido, dado el peso de la industria metalmecánica en la región.
En materia de exploración y producción de hidrocarburos no convencionales hay mucha tecnología para desarrollar. Todos acuerdan que existe dentro de la industria local potenciales proveedores.
Pero aparte del negocio de los no convencionales, ejecutivos y consultores del sector petrolero consideran que siguen existiendo oportunidades en los combustibles convencionales, como la explotación de yacimientos maduros.
Del debate sobre la matriz energética para la Argentina en los próximos años surge que el desarrollo de las energías alternativas viene atrasado respecto a las proyecciones oficiales, lo que las deja aún más lejos de ser un aporte significativo dentro del menú de opciones.
En la mesa de discusión de los petroleros también se dijo que aportaría al ahorro de divisas un avance en la concientización y mejoramiento de la eficiencia energética.