Para moderar la inflación, el organismo empuja hacia arriba el rendimiento de las letras, que ya se ubica 50 puntos básicos arriba de la última licitación
El Banco Central continuó ayer con su nueva política de absorción de pesos para evitar que se dispare aún más la emisión. El organismo salió a vender ayer unos $4.000 millones de letras de deuda (Lebac) en el mercado secundario, y volvió a empujar las tasas de interés hasta el 24,75% anual.
La megaoferta de títulos supone finalmente una caída en los precios que termina por afectar a los bancos, que hoy son los mayores tenedores de Lebac. El plan de Federico Sturzenegger apunta a evitar que la emisión de pesos se acelere aún más, en momentos en que ya se ubica por encima del 30% anual, y le impida en el mediano plazo cumplir con su meta de inflación del 17% para este año.
Sucede que, en estos días, el organismo debió comprar ya u$s2.000 millones al Tesoro y volcar, sólo por esto, unos $30.000 millones en la economía. La maniobra responde al objetivo ya anticipado por el Central de acumular reservas para fortalecer la solvencia de la institución y, también, a la urgencia por atender las necesidades fiscales del Gobierno. El problema: cada adquisición de billetes al Tesoro termina generando como contrapartida una mayor cantidad de billetes que Sturzenegger debe volver a absorber.
En el Banco Central ven necesario este ajuste porque ya reconocen que el fuerte repunte en la emisión de pesos, que se percibe algo más acelerada desde octubre de 2016, puede haber influido en la caída de tasas de interés que se registró durante el verano en el sistema financiero (en Lebac y plazos fijos) y en el rebote de precios que se vio a partir de mitad de febrero. Lo que preocupa: que la cantidad de dinero en circulación (la llamada «base monetaria») haya pasado a crecer por arriba del 35% anual y amenace con encaminarse ya al 40% anual (si se considera la variación interanual del «promedio de 7 días»). El efectivo del sector privado en poder del público y en cuentas a la vista (el M2 privado) se afirma ya por encima del 32% anual. Esta última cifra no parece demasiado alejada de la dinámica que muestran hoy la inflación y la actividad. Pero parece, en cambio, exorbitante si el BCRA pretende alcanzar una meta del 17% a fin de año.
Una absorción de pesos en el mercado secundario, como las que hizo en estos días, le permite a Sturzenegger endurecer la política monetaria sin necesidad de anunciar públicamente una suba en la «tasa de referencia»; y de exponerse, así, a las conocidas presiones políticas que suelen ejercer otros funcionarios dentro de su propio Gobierno. Hoy el Banco Central parece haber empezado a mirar con más atención la cantidad de dinero en la economía.
Fuente: http://www.ambito.com/880995-sigue-la-aspiradora-del-central-vende-lebac-y-la-tasa-sube-a-2475