El arsenal del Gobierno para detener al blue puede tener réditos solo en el corto plazo
El gobierno confía en su poder de fuego para contener al dólar blue de cara a meses muy complicados. Pero no hay que olvidar que a fines de este mes, o a partir de esa fecha, se genera un cóctel proclive a recalentar el mercado cambiario. En efecto, se suman vacaciones de invierno, aguinaldos, aumentos salariales por paritarias, subsidios sociales y gasto público preelectoral. Ni qué hablar para lo que el público espera para después de las elecciones, ya que la experiencia indica que para entonces el Gobierno relaja los controles que supo exacerbar hasta los comicios.
Es que el virtual desdoblamiento actual (al cual el Gobierno agregará ahora los Cedines que nacen con el blanqueo) no logra inhibir las tensiones inflacionarias.
De modo que, hacia delante, la incógnita es si el blue va a subir más o menos puntos que la inflación, pero pocos dudan de que todo vaya para arriba (dólar oficial incluido) en la medida que el Gobierno no ataque el déficit fiscal generador de presiones inflacionarias y de presión impositiva récord.
Por eso los títulos públicos en dólares, en particular los que actúan bajo legislación nacional (y por tanto no están expuestos al veredicto de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que llegará de un momento a otro), no dejan de tener su encanto a pesar de que se compren a un precio más cercano al dólar paralelo que al oficial. Constituyen la mejor forma de comprar dólares billete por vía legal.
Además, la excusa de las reservas del Banco Central en descenso empalidece en la medida que los exportables argentinos sigan gozando de buenos precios. En efecto, con el precio internacional de la soja, principal cultivo exportable de la Argentina, a un nivel de más de US$560 la tonelada en los mercados internacionales -su mejor marca en 7 meses-, las perspectivas de la Argentina no son tan terribles como para temer demasiado por la capacidad de pago de sus títulos soberanos. Es cierto que los futuros de la soja, que incorporan las previsiones de cosecha en el hemisferio norte, siguen estando muy por debajo del spot, pero han mejorado mucho en las últimas jornadas y en la medida que se vaya acercando a los US$500 posicionará bien a la Argentina en cuanto a ingresos externos para el año que viene.
Aprovechar los altos rendimientos del Boden 2015 (RO15) y el Bonar X (AA17), sigue siendo nuestra recomendación. Difícilmente en un horizonte de dos años, cuando venza el primero de estos bonos, otros activos le puedan competir en rendimiento-riesgo.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/blue-sostenido-inflacion_0_934706961.html