• Reabren mercados tras tensa reunión con los cambistas.
• El nuevo rango.
Si Guillermo Moreno tenía como meta atemorizar al mercado de cambios lo logró: se aguarda nuevamente hoy escasas operaciones en la plaza del "blue". En la reunión del viernes en su despacho con representantes de casas de cambio y corredores de cambios planteó una nueva banda para la cotización de "entre 6 y 7 pesos". Pero además directamente habló de la posibilidad de desembarcar con su personal en las mesas de dinero de cada entidad. Este escenario no debería sorprender: ya en 2009 Martín Redrado, entonces presidente del Banco Central, a instancias de órdenes de sus superiores (quizás el propio Moreno por vía indirecta) puso en mesas de dinero de los principales bancos una suerte de veedor de las operaciones cambiarias, quien recababa datos de compradores, vendedores y montos transados.
Pero aquellos días parecen el paraíso ahora para operadores. Se estaba bien cuando se estaba mal. Las amenazas del secretario de Comercio Interior fueron más directas cuando dijo que iba a retirar las patentes para operar a las casas de cambio en caso de no concretarse sus deseos para el "blue". Por ello es que desde hoy podría ver la cotización por debajo de los 8 pesos, pero sin transacciones entre los principales actores del mercado paralelo. Sólo marcando precios para operaciones puntuales. Para la vidriera. Hay quienes juran que las advertencias de Moreno fueron más allá de las estrictamente cambiarias. Lo concreto es que marcó nuevamente el territorio. "¿Y con el 'contado con liqui' (también llamado blue chip) qué va a pasar?", le preguntaron al funcionario el viernes. "Dejen que de eso me ocupo yo", prometió. Se refería a las operaciones para hacerse de dólares en el exterior a través de la compra de acciones o bonos. Habitualmente las cotizaciones entre el "contado con liqui" y el "blue" tienen cierta relación y de hecho organismos oficiales estuvieron vendiendo en el primero de los segmentos para inducir las bajas de las cotizaciones.
Por lo pronto, el renovado interés del funcionario en la siempre despreciada plaza marginal ("el volumen de negocios es insignificante", se decía siempre en el BCRA) tiene su justificación teórica. La brecha con la cotización del tipo de cambio oficial alimenta las expectativas de devaluación entre los agentes de la economía. Y más se alimentan ante una elección. Además es un incentivo para las históricas sobrefacturaciones y subfacturaciones de comercio exterior o para las rendijas que los controles no cubren, como por ejemplo las operaciones vía tarjetas de crédito.
La batalla en el corto plazo es la siguiente: por un lado, en julio se pagará medio aguinaldo y comienzan vacaciones de invierno por lo que habrá una demanda adicional de dólares "blue" como la que hizo arder la plaza local en enero. En ese entonces, el BCRA acuñó la histórica frase de que se trataba de una "suba estacional". El verano se sigue sintiendo. Pero en el otro rincón está la esperanza blanca del Gobierno: el debut de los CEDIN por los cuales se piensa que recreará una alternativa al mercado paralelo. Combates de este tipo ya se vieron. Las apuestas favorecen ampliamente al primer contrincante.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=692236