Pese a las mejoras de las tasas post salida del default el año pasado, sigue siendo el país que más caro paga buscar fondeo internacional. Bajar el déficit, clave para mejorar las tasas
El Gobierno se prepara para una nueva salida al mercado internacional de deuda. A pesar de las mejoras de las tasas post salida del default el año pasado, la Argentina todavía paga dos puntos más que su socio Brasil por financiamiento externo.
Si se toma como referencia la tasa del bono a 10 años, Argentina se mantiene como el país que más caro paga su fondeo. Mientras que Chile coloca con una tasa de 3,14% y Brasil 5,21%, Argentina logró emitir deuda a 7,10%.
«El año pasado el soberano tomó deuda con legislación local y extranjera por u$s 31.300 millones. Casi todo, dos tercios, afuera y en dólares», señaló Gustavo Neffa, de Research For Traders. «La deuda a PBI soberana aún es manejable, asciende a 32,8% del PBI. En Brasil es 66.2% y en Chile es mucho más bajo del 17%. Pese a esto, se está lejos aún de valores no sustentables o más del 160% cuando se defaulteó en 2002», agregó.
A excepción de Venezuela y Ecuador, Argentina es el país con un riesgo país más alto de la región. Si bien durante el año pasado logró reducirlo en algunos puntos, medido punta a punta no presenta variaciones: cuando asumió Mauricio Macri, el 10 de diciembre de 2015, se encontraba en 480 puntos y ayer cerró en 473 unidades.
«En términos de EMBI, Argentina tiene margen para acercarse a Brasil, en la medida que haya una recuperación de la actividad por un lado y por otro que el Gobierno obtenga un buen resultado en las elecciones. Además, no hay que olvidar el resultado fiscal, pero en la medida que estos dos primeros factores se consoliden, el Gobierno tiene más margen para reducir sus necesidades de financiamiento», afirmó Alejo Costa, jefe de estrategia de Puente.
Uno de los factores que inciden en el costo del fondeo es también la relación entre el nivel de reservas y el PBI. «En 2016 las Reservas crecieron en u$s 13.000 millones y el PBI se achicó producto de la devaluación, así que ese ratio mejoró. Quizás todavía no estamos en los niveles de la región, pero este aspecto en parte explica que con el Gobierno anterior se colocaba a casi 10% y ahora sea entre 7 y 8%», afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina.
Sin embargo, para Costa hay otros elementos que elevan aún más el costo de la deuda soberana. «La relación entre las reservas y el Producto Bruto Interno no es un dato fundamental, ya que hay bancos centrales que no acumulan reservas y con un tipo de cambio flotante como tenemos ahora, no es un ratio tan relevante para los inversores como sí lo es el déficit de cuenta corriente», afirmó. «El déficit fiscal es una variable fundamental y ahí el Gobierno tiene un flanco débil. Más allá de que se logre reducirlo la pregunta hacia adelante es cuán creíble es el caminito de reducción que se planteó», agregó.
Neffa coincidió: «El problema no es el stock de la deuda sino el flujo. Igual, Argentina tiene que hacer los deberes en materia fiscal para reducir gradualmente a cero sus necesidades primarias. Con tal de mantener estable los gastos en términos reales, el peso del 45% debería bajar al 39% en 2021 y eliminarse el déficit fiscal primario», dijo.
El ministro de Finanzas confirmó ayer que el próximo jueves hará su salida al mercado, un día antes de la asunción de Donald Trump en la Casa Blanca. Antes de ese momento, se encargó de mostrar señales para aumentar la confianza de los inversores. «El cambio ministerial en Hacienda hace pensar que Dujovne va a cuidar al extremo los gastos y se alinea con el objetivo de mostrar un compromiso por reducir el déficit. Si los inversores te creen que vas a tener un menor déficit, te financian y si no no. Además, la quita de la inmovilización de los 120 para los capitales especulativos y la posibilidad de suscribir directamente a títulos en pesos, son dos medidas que apuntan a hacer más fácil la llegada de inversiones y hacen pensar en una mejor tasa», afirmó Sigaut Gravina.