La decisión del máximo tribunal llevó al país al default y dejó al Gobierno sin posibilidades de buscar financiamiento en el exterior. Sumidos en un contexto de volatilidad, los bonos lograron sortear los obstáculos legales e incrementaron su valor gracias a las expectativas que mantiene el mercado respecto a la nueva administración, que surgirá de las elecciones de octubre. Inversores apuestan a un mayor pragmatismo
Transcurrió un año desde que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó revisar las sentencias que el juez Thomas Griesa había expedido en contra de la Argentina, en el juicio que enfrentó al país con holdouts. Liderados por el grupo NML, los acreedores que no entraron a los canjes de 2005 y 2010 celebraron aquella decisión que llevaría al país al default.
El mercado, que apostaba por una revisión del caso, reaccionó con fuerza y los bonos más representativos de la curva argentina cayeron inmediatamente, pero su performance mejoró con el transcurso de los meses. Sumidos en un contexto de gran volatilidad, los títulos soberanos mostraron durante este último año más alzas que bajas.
Es que los inversores entendieron que la Argentina entró en default no por su capacidad de pago, si no por una decisión política de este gobierno a no negociar. Ante la expectativa de un cambio de gobierno el mercado percibió que esa decisión no será permanente, lo que sostuvo e incluso impulsó a los precios de los bonos.
«No creo que era obvio que la Corte Suprema no iba a tomar el caso. Creí que por lo menos le iban a pedir la opinión al Solicitor General. En retrospectiva, no sé si algo podría haber sido diferente. Ambas partes están plantados en su posición. El resultado lógico de la inmunidad sin insolvencia es un empate», dijo Anna Gelpern, profesora de derecho en la Universidad de Georgetown.
Tras la decisión de la Corte Suprema norteamericana el bono Discount regido por ley Nueva York, en ese entonces clave para medir el «termómetro» de la deuda argentina, cayó al día siguiente un 10,5% hasta los
u$s 74,77. Tres días más tarde – el 20 de junio – Griesa ordenó que el país pague los bonos reestructurados hasta que se cumpla con su sentencia.
Los inversores, que apostaban a un arreglo entre el Gobierno y los holdouts para evitar el default, impulsaron al Discount a los u$s 96 para el 30 de junio. Ese mismo día la Argentina depositó u$s 539 millones de un vencimiento de este bono en las cuentas del banco fiduciario New York Mellon, pero Griesa le impidió a la entidad su transferencia y designó al special master, Daniel Pollack, como mediador entre la Argentina y los acreedores.
Las negociaciones no lograron llegar a buen puerto y la Argentina entró en cesación de pagos el 30 de julio.
Tras el default, el Discount fue el título más golpeado: en cuatro días se había hundido un 13% hasta los u$s 83,52. Si bien desde ese entonces los cupones del título permanecen impagos, el bono comenzó un recorrido alcista hasta alcanzar su máximo de u$s 106,33 el 4 de mayo de este año. Ayer, el título cotizaba en u$s 101,6.
A un año de esa resolución, el status jurídico del fallo no cambió, el país se encuentra en desacato y sin posibilidades de buscar financiamiento en el exterior.
«Nosotros estamos en overweight en Argentina desde noviembre del año pasado. Lo que percibimos es que la expectativa de cambio político iba a ser muy poderosa y que a medida que se acercara un nuevo gobierno el mercado iba incrementalmente a ajustar sus valuaciones», dijo Sebastián Vargas, economista de Barclays, quien aclaró: «Las valuaciones están altas relativas al pasado, pero si se compara con respecto al resto del mundo los spreads reflejan una economía con desafíos importantes».
Según Mauro Roca, economista senior de Goldman Sachs, también impulsaron a los bonos los fondos distressed, que invierten en deuda que está por entrar en default o que se encuentra en un proceso de reestructuración o que haya sido reestructurada, con plazos de inversión largos. «La percepción de estos inversores es que el próximo gobierno va a ser más pragmático, sin importar quien gane, va a resolver este tema y así ellos cobraran sus cupones. Esto es lo que mantuvo el precio de los bonos a mi entender artificialmente elevados», dijo Roca.