Se acerca la decisión del grupo que maneja los índices MSCI. Los controles de capitales precipitarían el descenso de la categoría de “emergentes”. Qué impacto tiene en las acciones y la economía
Todo indica que el ascenso del mercado de acciones argentinas al universo de mercados emergentes habría durado un suspiro. En las próximas horas, algunos señalan que podría ser hoy mismo, el comité que asesora para la conformación de los distintos índices de MSCI dará su veredicto. Lo más probable y lo que ya estaría descontado es que decida un descenso de los papeles argentinos a la categoría de “fronterizo”, donde había caído en 2009 y permaneció hasta 2018.
Había sido uno de los temas por lo que más presionó la Bolsa de Comercio, a través su presidente, Adelmo Gabbi. El objetivo era que el mercado argentino accediera a ligas superiores, donde se manejan flujos de fondos millonarios. Con una mínima parte de esos recursos, el mercado argentino podría haber tomado un enorme impulso.
Pero no sucedió nada como estaba esperado. La crisis cambiaria que estalló en la segunda parte del gobierno de Mauricio Macri impidió que se ingresara en este círculo virtuoso.
El índice MSCI de mercados emergentes está conformado, según un reporte publicado por Invertir On Line, por un total de 1.391 compañías y sobresalen empresas de China, India, Taiwán, Brasil y Sudáfrica. Cuando el mercado argentino fue reclasificado para ingresar en esta “elite” se incorporaron al índice 8 compañías locales. Hoy sólo quedan tres: YPF, Adecoagro (ingresó en mayo en reemplazo de Telecom) y Globant (si bien nació en la Argentina hoy la mayor parte de sus ingresos provienen del exterior).
El eventual descenso a la categoría de “fronterizo” es una mala noticia porque muestra el lugar casi irrelevante del mercado accionario local. Sin embargo, también en las últimas horas fue ganando espacio una lectura algo más favorable.
Sucede que las acciones argentinas pasarían a representar cerca del 20% del nuevo panel, por lo que muchos fondos que invierten en esta categoría deberían incorporar algunos papeles locales. De esta forma, pasarían a seguir el índice tal cual será publicado por MSCI.
En caso de producirse este “pase” de emergente a fronterizo, las acciones argentinas pasarían a convivir en el vecindario con Vietnam, Marruecos, Bangladesh, Kenia, Kazajistán y otros países con escasa relevancia entre los grandes inversores. Sin embargo, el país tiene chances de convertirse en “cabeza de ratón”, es decir tendrá un lugar relevante pero entre países poco atractivos para los grandes inversores. Como emergente era una suerte de “cola de león”, ya que tenía una presencia de apenas 0,3% del índice.
Más allá de cierto beneficio de corto plazo, una mirada más extendida no permite demasiado optimismo. Las regulaciones cambiarias y baja calidad institucional provocaron que la Argentina esté a punto de dejar de pertenecer a emergentes. Así consolida la decadencia de los últimos años, teniendo en cuenta que fue uno de los países más importantes en el mundo emergente a principio de la década de 1990, cuando por ejemplo China apenas asomaba.
Distintos expertos en el mercado financiero, sin embargo, no se ponían de acuerdo en las últimas horas sobre el verdadero impacto que tendría la clasificación de mercado fronterizo. Para algunos es el gran gatillo que está generando la suba del índice Merval, que ya supera el 20% en poco más de un mes. Otros consideraban que se trata de una noticia irrelevante y que el mercado se está moviendo por otros factores: la proximidad de elecciones legislativas que podrían ser parejas (menos hegemonía para el Gobierno), soja arriba de los USD 500 la tonelada y un Banco Central que volvió a acumular reservas.
Con una mirada a más largo plazo, el objetivo debería ser regresar (o permanecer) como mercado emergente y tratar de atraer al menos una porción de los flujos anuales que reciben estos países. Claramente se trata de volúmenes sustancialmente mayores que los que reciben las naciones “fronterizas”.
El índice MSCI sólo está relacionado con el mercado accionario, dejando afuera todo lo vinculado a la deuda, que es calificada por compañías como Moody´s o Standard and Poor´s. Tampoco la Argentina sale bien parada en esos rankings, ya que es uno de los países con peor nota, ya que los precios de sus bonos soberanos permanecen en niveles cercanos al default.