El S&P Merval acumula una ganancia de 15% desde el viernes y los ADR en dólares registran sus precios más altos desde junio de 2018. Los bonos en dólares renuevan máximos y el riesgo país cae debajo de los 1.500 puntos
La tendencia alcista se confirma este jueves para los negocios bursátiles de Argentina, donde se imponen las renovadas recompras de activos para sumar a las carteras, en consonancia a indicadores positivos de la macroeconomía, en medio de tensiones políticas que rodea la gestión presidencial del libertario Javier Milei.
El índice referencial S&P Merval de la Bolsa porteña sube un 1,6%, a 1.205.000 puntos a las 12 horas, para acumular una ganancia de 15% desde el viernes de la semana pasada, para aproximarse así al récord nominal de 1.316.204 del 2 de febrero. El panel de acciones líderes, que atravesó un mes de febrero muy bajista, se sobrepuso a las dudas emanadas por la política doméstica y pasa a anotar una suba de 29% en pesos y de 14% en dólares en 2024, según la evolución de los ADR de compañías argentinas negociadas en Wall Street.
En este contexto destacan las ganancias de los títulos de los bancos argentinos en lo que va del año, de hasta 72% en Nueva York, encabezados por el Banco Macro.
En el mismo sentido, los bonos en dólares experimentan ganancias de hasta 31% en 2024, como es el caso del Global 2029 (GD29), seguido por beneficios próximos al 30% con el Global 2030 (GD30) y los Bonares 2029 (AL29) y 2030 (AL30). Los Globales de menor duración son negociados en torno a los 52 dólares -habían tocado un piso de USD 18 a mediados de 2022-, sus precios más altos desde que salieron a cotizar al mercado secundario el 10 de septiembre de 2020.
En el mismo sentido, el riesgo país desciende este jueves en 34 unidades, a 1.463 puntos básicos, un piso en más de tres años, desde los 1.456 enteros del 12 de febrero de 2021.
Motivos del “rally” alcista
1) Precios todavía atractivos. En este aspecto, Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, expresó que “con la vuelta de los Globales del tramo corto -GD29 y GD30- operando arriba de USD 50 -lo cual no sucedía desde 2020- tiene sentido ponerse a pensar qué depara el futuro para los bonos soberanos de Argentina. El rally desde el balotaje fue de 48% promedio, mientras que a tasa de retorno de los Globales anota una suba de más de 17%, con el tramo corto siendo el que mayores subas experimentó. Seguimos viendo la mejor relación riesgo-retorno para activos argentinos en Globales a mediano plazo, aunque deben considerarse también los riesgos de corto plazo”.
2) Superávit gemelos. El buen resultado contable de la balanza comercial en febrero y un superávit fiscal del primer bimestre del año dan confianza a los inversores financieros, en medio de un desempleo del 5,7% a fin de año y un PIB del 2023 con contracción del 1,6%. El compromiso de la administración de La Libertad Avanza en alcanzar la solvencia fiscal es una señal muy potente para incentivar las posturas inversoras en deuda soberana, todavía con precios y rentabilidades atractivas. Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, observó que “se valora favorablemente la política económica en marcha en los primeros meses de gestión, aún dentro de un contexto de tironeos políticos, dado que permite avanzar hacia una normalización. Dicha expectativa viene impulsando las valuaciones de los activos financieros anticipadamente a una posible mejora en la economía real a futuro”.
3) Frente externo. La reciente decisión de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de mantener estables las tasas de interés fue bienvenido por los mercados globales, en línea a una esperada baja para finales de 2024. Franco Casas, analista de inversiones de Liebre Capital, precisó que “en el plano internacional, lo más relevante fue la reunión de la Fed. En la misma, se definió que se mantenga la tasa actual y la previsión de recortar los tipos tres veces en el año. Luegos de los anuncios, los índices -S&P, Dow Jones y Nasdaq- continuaron la suba a pesar de tener un inicio de rueda bastante plano”.
4) Confianza en la política económica. La llegada de fondos frescos a la Bolsa es lo que puede darle consistencia a la suba de las cotizaciones y en este punto es fundamental que haya confianza en la política económica y sus objetivos para que se “hunda” nuevo capital que brinde volumen a los negocios. “En el escenario actual, el Gobierno pretende poner orden al régimen económico preexistente. Es la antítesis del populismo, propone superávit fiscal, no emitir y bajar los niveles de inflación, la expectativa de poder lograr estos resultados hizo que el dólar lejos de subir baje, y los argentinos demanden el peso, lo que le dio más valor a nuestra moneda. En los primores tres meses del año la inflación fue del 71% y el dólar MEP subió el 6,4%. El que apostó al dólar perdió”, comentó el analista Salvador Di Stefano.
5) Expectativa de desinflación. La economía Argentina está atravesando el período de mayor inflación en los últimos 33 años, con un pico cercan al 300% anual en marzo. Un objetivo oficial parece ser el de concretar una baja del indicador mes a mes, que sería una señal muy positiva para la macroeconomía, en medio de un proceso de ajuste, deterioro de los indicadores sociales y recesión económica. “La inflación de febrero fue de 13,2% y no descartamos que la de marzo se ubique en torno a 12,2%. Ya estamos en niveles observados entre agosto y noviembre pasado. ¿Pero en marzo no suben? Es cierto que están los aumentos en las naftas, prepagas, colegios privados, transporte público, electricidad y gas; pero también hay muchas promociones que el Gobierno se apresta a comenzar a desarmar, a lo que debemos sumar que los alimentos están desacelerando el ritmo de suba de una manera cada vez más marcada. La inflación continuaría descendiendo de manera marcada hasta julio”, evaluó Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital.
Qué esperan los analistas
Germán Fermo, estratega en mercados internacionales del Grupo IEB (Invertir en Bolsa), afirmó que “se sobreponderan los éxitos -que no son menores- en materia de un Gobierno que en dos meses bajó a la mitad a tasa de inflación y llevó a cero el déficit fiscal primario, eso es muy importante. Y se prioriza por sobre todas estas secuencias de derrotas parlamentarias, ante un Congreso radical y peronista que se niega a cambiar en todo. Los avances en materia de inflación y reducción del déficit fiscal se priorizan por sobre todas las derrotas libertarias que viene teniendo en el Parlamento. Nada de largo plazo que el Gobierno haya querido aprobar salió bien por ahora, pero el mercado lo entiende, como diciendo ‘si hace un par de cosas bien y tienen algo suerte, por ahí ganan las elecciones legislativas de 2025 y es ahí cuando van a poder imponer las otras cosas’”.
Franco Casas explicó que “el mercado argentino viene acumulando buenas noticias, y las mismas se ven reflejadas hoy en los precios de los activos. Por un lado, tenemos un panel líder con la mayoría de sus activos en alza, y en cuanto al mercado de renta fija, vemos los bonos en dólares con fuertes subas. Los activos argentinos están poniendo en precios el reacomodamiento de la macroeconomía, celebrando el superávit fiscal, tanto primario como financiero, del primer bimestre -algo que no sucedía desde 2011-, la acumulación de reservas, el dato de inflación por debajo de lo esperado y la mejora en la calidad crediticia Argentina a CCC por parte S&P Global”.
“A pesar de las fuertes subas que vienen acumulando los bonos en dólares, seguimos encontrado valor en la renta fija argentina. Países con calificación similar, como Pakistán (CCC+), tienen deuda con vencimiento a 2029 cotizando con TIR (Tasa Interna de Retorno) del 12%, y si evaluamos la suba que debería tener el AL30 para llegar a esa TIR, podemos observar que aún tiene un recorrido alcista cercano al 40% en dólares. La consolidación en el plano económico siempre depende de lo político; por ello es importante que el Gobierno siga consiguiendo consensos para avanzar en las reformas que requiere el país para ser más competitivo y generar trabajo genuino”, continuó el analista de Liebre Capital.
Salvador Di Stefano aportó que “Argentina está mostrando un cambio estructural en materia económica, lanzado por el Estado, pero que luce insuficiente si miramos el comportamiento de los agentes económicos, que siguen pensando como si nos gobernara un gobierno populista. En el escenario actual, el ajuste gubernamental también tendrá que realizar correcciones para bajar el costo argentino, esto se deberá producir vía baja de impuestos por parte del Estado, y un aumento de la inversión por parte del sector privado. Las empresas deberán hacer el esfuerzo de ir a escala para incrementar las unidades producidas, bajar los costos unitarios y tratar de ganar espacio en un mercado altamente competitivo. El Gobierno, más tarde que temprano deberá tomar el camino de la baja de tributos. Ajustar la economía vía devaluaciones competitivas no fue una solución en el pasado, no lo será en el presente, y mucho menos en el futuro”.
Walter Morales subrayó que “el ancla fiscal es de mediano plazo porque primero tiene que verse el ajuste. Es necesario que haya etapas más cortas que acompañen, como el aumento de las tasas de interés. Como este no es el camino elegido, la variable para desacelerar la inflación es la licuación de salarios, lo que trae aparejado una fuerte caída del consumo y, por consiguiente, una recesión. Esperamos que la economía comience a recuperarse en el último cuatrimestre del año. El Gobierno sabe bien de ésta necesidad -y es lo que entusiasma al mercado de bonos en dólares-, por eso convocó al Pacto del 25 de Mayo, que en el fondo es un Pacto de reordenamiento fiscal pero a largo plazo. Es interesante considerar que poner como fecha para dentro de dos meses, implica ‘ganar tiempo’ para tocar fondo e ir al Pacto con una economía lo más estable posible”.