El equipo económico busca que el primer desembolso del organismo incluya la devolución de los pagos de deuda que hizo el Tesoro en los últimos meses. Estiman que durante febrero podría completarse el acuerdo definitivo
Horas después del anuncio del acuerdo técnico alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, las conversaciones entre Buenos Aires y Washington fueron retomadas para establecer la letra chica de ese esqueleto consensuado: cómo serán las metas fiscales y monetarias en detalle y, en particular, cómo se armará el calendario de desembolsos desde el organismo hacia el Tesoro.
Eso sucede porque el corazón de las políticas macroeconómicas acordadas incluye un objetivo de acumulación de reservas. Esa meta implicaría sumar en términos netos unos USD 5.000 millones a las arcas de la autoridad monetaria. Si bien se tratar de un plan plurianual, no tiene por el momento cifras de acumulación previstas para 2023 y 2024, como sí lo tienen el déficit primario y el financiamiento monetario desde el Banco Central.
La cuestión a negociar, por ende, es cómo impulsar ese crecimiento de las reservas, algo que el ministro de Economía Martín Guzmán consideró “viable” en el contexto financiero y cambiario actual. Esos USD 5.000 millones podrían llegar a través de desembolsos del FMI que además de cubrir los vencimientos del Stand By de 2018 que tocan pagar en cada trimestre, agregue una suma extra que tenga como función alimentar el colchón de divisas en Reconquista 266.
En rigor, entre marzo y fines de mayo -es decir el lapso de tiempo que debería ser cubierto por el primer desembolso del Fondo a la Argentina- los pagos de deuda previstos en la hoja de ruta del Stand By firmado en 2018 marcan unos USD 3.800 millones. La idea, por ende, es que de mínima el FMI mande los dólares para repagar esos vencimientos y además lo acompañe con un refuerzo considerable para el BCRA.
Una de las posibilidades es que haya, de arranque, una “inyección” fuerte de reservas al Banco Central apenas comience la vigencia del nuevo programa financiero. La idea que ronda el equipo negociador argentino es que se acuerde un adelanto de un monto considerable de vencimientos con el FMI. Eso tendría lugar no solo porque se cubrirían los vencimientos por venir sino porque el FMI devolvería los pagos ya hechos al organismo en los últimos meses. Según la cuenta optimista que hacían en el equipo económico, de esa forma el primer desembolso podría implicar un depósito cercano al tercio total del tamaño del programa, es decir cerca de USD 15.000 millones.
“Lo que buscamos es que una parte sustancial de los desembolsos se dé por adelantado”, comentaban desde un despacho oficial. Para que eso suceda, además de que las negociaciones técnicas -que se sostendrían por un plazo de entre 3 y 4 semanas más- lleguen a buen puerto, tanto el Congreso argentino como el directorio del FMI deberían aprobar luego el memorándum. Hay una lógica que subyace a ese pago por anticipado que busca el Gobierno, y es que una dinámica de pagos trimestrales que “calcen” solo con el vencimiento en cuestión impliquen tensiones financieras cada tres meses a la espera del resultado de la revisión. Es, de todas formas, una posibilidad en instancia de negociación.
Más allá de las críticas internas que surgieron en las últimas horas al acuerdo con el FMI tras la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, el Ministerio de Economía se recluyó en la continuidad de la negociación técnica con el staff del organismo y evitaron hacer comentarios sobre el sismo político que generó el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner. El lunes por la noche Guzmán solo le respondió al diputado: “Nadie en nuestro espacio político puede estar contento con el FMI pero se hizo todo lo que pudo hacer”.
El funcionario viajará esta noche a Rusia junto a la comitiva presidencial para participar de la primera parte de la gira oficial. Guzmán no seguirá a la delegación a China, ya que ese país tiene protocolos más estrictos por el Covid y limita la cantidad de funcionarios habilitados por país, por lo que el ministro volverá a Buenos Aires para supervisar la continuidad de las negociaciones con el FMI.