La inversión para quienes apostaron al peso desde octubre tuvo resultados espectaculares, pero que ya no se repetirán para adelante
En paralelo con la baja de tasas de Leliq, las nuevas letras que emite el Banco Central para absorber los pesos excedentes, también se produjo una reducción sustancial en los rendimientos que los bancos están dispuestos a pagar por los plazos fijos. Según los datos publicados ayer por el BCRA, la tasa promedio se ubicó en 40,2%, pero en la práctica los bancos líderes no pagan más que 38% a sus clientes.
La disminución también se hace notar entre los grandes depositantes. Según la misma encuesta del Central, para inversores mayoristas la tasa de plazo fijo cayó al 42 por ciento. Este reacomodamiento es esperable, teniendo en cuenta que los bancos ahora reciben mucho menor rendimiento cuando colocan sus pesos excedentes en las Leliq, por lo tanto se ven obligados a remunerar menos a los ahorristas.
La estabilidad del dólar y la intervención del Central comprando divisas (con la consiguiente inyección de pesos) permitieron reducir las tasas para controlar la evolución de la cantidad de dinero en circulación.
La incógnita es hasta qué punto la reducción de tasas afectará a los inversores que se volcaron a invertir en pesos. Desde octubre, los plazos fijos aumentaron $300.000 millones, justamente ante la posibilidad de conseguir elevados rendimientos en pesos (la tasa llegó a un máximo 74% en octubre). La caída del dólar en ese período, desde $41 a menos de $38, aceleró los rendimientos en pesos pero medidos en moneda dura. La «bicicleta financiera» para los que apostaron al peso desde octubre tuvo resultados espectaculares, pero que ya no se repetirán para adelante. Al menos no en esa magnitud.
La tasa en pesos pasó de aquel máximo de 74% al 59% a fin de año, descendiendo más de 10 puntos en lo que va del 2019. Pero ahora ya el atractivo no es tan grande como a fines de 2018. Y adicionalmente el dólar tendría más terreno para subir. El piso de la zona de no intervención ya está en $38, pero llega casi a $40 a fin de marzo. Sin embargo, el tipo de cambio mayorista finalizó ayer apenas por encima de $37,50, por lo que todo indica que tendría un buen espacio para subir. Las continuas compras del Central ayudarán para impulsarlo gradualmente.
El eventual desarme de posiciones en plazo fijo en pesos es un tema preocupante para el Gobierno de cara a los meses preelectorales. A medida que aumente la ansiedad por el resultado de las elecciones, es posible que al menos una porción de lo que se fue a inversiones en pesos se vuelque a la compra de dólares. Por el momento, la reducción de tasas no generó ningún cambio de conducta, pero aún demasiado pronto para sacar conclusiones.
El ritmo de compra de dólares de parte del Central (ahora son hasta U$S 75 millones diarios) y el futuro de la apreciación de la banda cambiaria será discutido la semana que viene con las autoridades del FMI, que llegarán en una nueva misión oficial a la Argentina.