Desde las elecciones primarias, el dólar acumula una suba superior al 20%, la Bolsa porteña arrastra una caída del 35% en pesos y el riesgo país se duplicó, si bien la situación se estabilizó en las últimas jornadas. Asimismo, la proyección para el PBI cambió y se espera que este año caiga un 2%, cuando antes se preveía una baja de 1,5%. Y dado que el estrés se originó por fuera del ámbito económico, los economistas señalan que es también por fuera de él que deben seguir llegando las señales de alivio.
Según un informe de la consultora Ecolatina, uno de los grandes temores que volvieron a sobrevolar luego del salto cambiario fue la posibilidad de un default de la deuda pública, por lo que afirman que «la moderación del Frente de Todos será indispensable para que la débil estabilización persista».
«En un contexto de cuenta de capital abierta y macroeconomía frágil e inestable como el actual, mantener un buen vínculo con el mercado financiero es fundamental para evitar una cesación de pagos y nuevas disparadas del tipo de cambio. Por lo tanto, la principal fuerza opositora está enviando señales de que políticas como la restricción a la compra de divisas y los conflictos con los holdouts no volverán para normalizar la situación. Sin embargo, no alcanza con eso: también es necesario que los mercados efectivamente las crean, algo que no parece garantizado por el momento», advierten.
En este sentido, un artículo del Ieral (instituto de la Fundación Mediterránea) publicado ayer en La Voz del Interior también señala los riesgos políticos a evitar para no comprometer el año próximo. «La dirigencia política no debería permanecer indiferente frente a un riesgo país que trepó por encima de los 1800 puntos ni pensar que boicotear el acuerdo con el FMI pueda servir para dejar más dólares para 2020», apuntaron. Y agregaron que del lado del Gobierno la «sintonía fina» que se necesita para que ninguna variable escape de control obliga a una gestión que salga del «modo electoral».
De acuerdo con sus cálculos, para los vencimientos de deuda de aquí a fin de año el Tesoro necesita el desembolso de US$5400 millones del FMI previsto para septiembre y, de cara a 2020, los fondos a obtener en el mercado nacional e internacional suman unos US$20.000 millones.